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Otro paso contra la esclerosis múltiple

Una reciente relación entre el virus de la enfermedad del beso y la esclerosis múltiple aporta a la posible solución de la patología

Autor:

Iris Oropesa Mecías

De vez en vez surge un estudio brillante asociado a alguna de las preocupaciones más acuciantes de la medicina y se genera un error de comunicación que termina por tergiversar la verdadera información. El hecho suele ser más grave cuando se trata de enfermedades muy sensibles, como las patologías crónicas y graves.

Eso es lo que puede estar sucediendo ahora mismo, después de que un estudio publicado por la revista Science reveló, hace muy poco, una investigación que asocia al virus de «la enfermedad del beso» (VEB) o mononucleosis, con la peligrosa esclerosis múltiple (EM).

No faltan los titulares engañosos que ya dan por sentado una relación directa e infalible entre ambos factores. Y no es extraño que la noticia haya causado revuelo, pues la esclerosis múltiple tiene mucho en común con otras patologías neurodegenerativas que desvelan a millones de personas diariamente: la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el párkinson y el alzhéimer, entre ellas. Enfermedades todas que tienen similares orígenes, pero sin causa totalmente conocida.

Por esta razón, cualquier descubrimiento sobre alguna de estas, genera de inmediato un revuelo
mediático y una atención general. Escenario propicio para la desinformación. Por eso hoy es buen momento para aclarar lo que sí dice y lo que no dice realmente el estudio publicado por la prestigiosa revista científica.

Lo que sí se descubrió

Tras monitorear a más de diez millones de miembros del ejército estadounidense, a los que se les tomaron varias muestras a lo largo de 20 años, el equipo de investigadores de la Universidad de Harvard descubrió que alrededor de medio millón eran negativos al VEB cuando comenzó el estudio, y, de estos, 35 acabaron desarrollando esclerosis múltiple después de haberse infectado en el tiempo que duró el estudio.

Otros cientos de personas, que ya eran positivos al VEB cuando comenzó el proyecto, también desarrollaron la enfermedad. En su conjunto, de más de 800 individuos con esclerosis múltiple, solo uno no había sido infectado por el VEB.

En este punto del estudio, los científicos procuraron descartar otros «culpables» de la aparición de la esclerosis múltiple. Para eso, se midieron anticuerpos contra citomegalovirus —que igualmente se transmite por la saliva, como el VEB– y otros herpesvirus. Pero no encontraron diferencias entre los que acabaron sufriendo EM y los que no.

Finalmente, mediante el análisis de una proteína cuyos niveles aumentan cuando existe daño neuronal, también descartaron que la EM se produjera antes de la infección por VEB.

Con todo ello, pudieron concluir que el riesgo de padecer la enfermedad se multiplicó por 32 tras la infección por Epstein-Barr, sugiriendo que el virus es la principal causa de la esclerosis múltiple.

Se trata de un resultado importante si se sabe aprovechar para profundizar en el conocimiento de cómo surge realmente la enfermedad, y una posible solución más permanente. Con esto en mente, se podrían desarrollar rápidamente vacunas contra el VEB que supondrían la tan deseada inmunización contra la enfermedad, en lugar de prolongar la lucha en el ámbito de los tratamientos paliativos.

Qué no dice este hallazgo

A pesar de lo relevante de estos datos, aún no es posible establecer una relación absoluta entre el VEB y la esclerosis múltiple, como están reproduciendo algunos medios poco serios.

Realmente, para afirmar que esta es la única causa, habría que demostrar que la prevención de VEB previene la EM. Es decir, si el virus realmente fuese el responsable, previniendo la infección debería acabarse con la enfermedad.

Por otro lado, es importante destacar que, aunque todo hace indicar que la presencia del virus es necesaria para que aparezca la enfermedad, no es una circunstancia suficiente.

De hecho, según cifras oficiales, en torno al 95 por ciento de la población adulta ha sido infectada por el VEB en algún momento de su vida. En muchas ocasiones, incluso, sin ser conscientes de ello.

Qué es la esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmunitaria que afecta el cerebro y la médula espinal (sistema nervioso central), y es causada por un daño en la vaina de melina que rodea las neuronas.

Los síntomas de la enfermedad llegan a afectar distintos sistemas del organismo, llegando a provocar semiparalización o grandes dificultades motoras y de coordinación, principalmente.

Proyecciones realistas para el descubrimiento

Tal y como anuncia Science, se trata de una alta prevalencia del VEB en personas con la enfermedad, y no de una relación absoluta entre ambos, pero sin duda, hay proyecciones de estrategias posibles para seguir este camino.

Por lo pronto, la farmacéutica Moderna no ha tardado en lanzarse hacia una vacuna contra el VEB, con la visión de que en un futuro, pueda prevenir en un alto porciento el surgimiento de la esclerosis múltiple.

De lograrse probar en el futuro una relación absoluta entre ambos elementos, se abriría entonces una nueva esperanza en la búsqueda del origen de otras enfermedades neurodegenerativas más graves, como la enfermedad de párkinson, el alzhéimer o de la esclerosis lateral amiotrófica.

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