Nunca antes investigadores habían desarrollado tan rápidamente tantas vacunas experimentales contra el mismo enemigo
SI de COVID-19 es de lo que más se habló y probablemente de lo que más se sufrió en 2020, es lógico que a esos flancos debía acudir también la respuesta científica. Y así fue: «Nunca antes investigadores habían desarrollado tan rápidamente tantas vacunas experimentales contra el mismo enemigo», afirma el editorial de la prestigiosa publicación de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia.
«Nunca antes tantos competidores habían colaborado de forma tan abierta y frecuente», añade. «Y nunca antes los Gobiernos, la industria, el mundo académico y las organizaciones sin fines de lucro habían invertido tanto dinero, músculo y cerebro en la misma enfermedad infecciosa en tan poco tiempo».
Actualmente la Organización Mundial de la Salud reporta al menos 200 vacunas experimentales en marcha, de las cuales las nueve más avanzadas se hallan en fase de ensayos masivos, por lo que se espera que sea cuestión de meses contar con nuevas opciones de lucha directa contra el virus. De esa manera, la prestigiosa revista otorga el lugar número uno en su lista de hitos científicos más relevantes de 2020 a la mancomunada carrera por encontrar vacunas contra el virus SARS-CoV-2.
Son al menos tres años ya que aparece en cada lista de avances científicos este progreso de edición genética creado en 2012, y no es para menos. CrisprCas-9, el método por el cual es posible marcar genes defectuosos, extraerlos de la cadena de ADN y sustituirlos por otros sanos, para evitar enfermedades específicas, ha llevado a las manos de sus autoras, Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna, un Nobel de Química en 2020, y se sigue repitiendo que traerá las noticias científicas más emocionantes de la Salud en un futuro no tan lejano. El año que culminó fue un ejemplo perfecto, un calendario en el que CrisprCas-9 ha ido dejando de ser una teoría hermosa a materializarse mucho más ante nosotros.
El pasado año fue exitoso para tratar dos trastornos sanguíneos hereditarios: la beta talasemia (enfermedad que afecta la producción de glóbulos rojos) y la anemia de células falciformes (que hace que los glóbulos rojos se deformen y entorpezcan la circulación).
En ambos casos, después de recibir el tratamiento, los pacientes no sufrieron los dolorosos síntomas que provocan estas enfermedades ni han necesitado transfusiones y, además, han dejado de experimentar los intensos dolores asociados a estas enfermedades.
Actualmente, CrisprCas-9 se prueba en la terapia genómica contra el cáncer y otras enfermedades crónicas de gran letalidad. No por gusto les han llamado las tijeras de la vida.
Como cualquier retrovirus, el VIH gana ventajas ante la humanidad por un simple secreto, se esconde de nosotros. Lo hace integrando su material genético en los cromosomas humanos, creando reservorios donde puede mantenerse escondido, sin que lo detecte el sistema inmunitario ni los fármacos antirretrovirales.
Un estudio de 64 personas infectadas que han estado sanas durante años sin tomar antirretrovirales reveló un vínculo entre su éxito y el sitio donde el virus se escondió en sus genomas.
Estos pacientes han sido llamados controladores de élite, y representan el 0,5 por ciento de los cerca de 40 millones de personas que viven con el VIH en el planeta. Aunque los estudios sobre ellos no significan propiamente una cura, sí abren el camino para diseñar una nueva estrategia que entrene al sistema inmunológico de las personas infectadas a comportarse de manera similar. Por esa esperanza práctica, las publicaciones de ciencia más prestigiosas del mundo no dudan en ubicar el avance en sus listas de lo mejor de 2020 y nosotros estamos muy de acuerdo.
Durante mucho tiempo, mediciones poco exactas rigieron nuestras estimaciones sobre cómo cambiaría la temperatura planetaria debido al calentamiento. Los climatólogos más reconocidos, reunidos en Massachusetts hace más de 40 años, lograron sus resultados con los rudimentarios modelos climáticos de la época y terminaron por pronosticar que la temperatura promedio del planeta podría subir entre 1,5ºC y 4,5ºC.
Pero los avanzados modelos actuales han permitido estimaciones más precisas, y reducir el margen de error ha sido un logro de décadas de trabajo.
En 2020, estos avances permitieron que 25 científicos afiliados al Programa Mundial de Investigaciones Climáticas redujeran este rango a entre 2,6ºC y 3,9ºC, un hecho que sin duda marcó la agenda científica de ese año para bien.
Hace más de 40 000 años, en la isla de Sulawesi, Indonesia, dibujos de caza fueron hechos en el interior de una caverna y dejaron expresados sentimientos, temores y preocupaciones de un grupo homínido de la época, que resuenan hoy alto y fuerte para hablarnos sobre nosotros mismos.
Las pinturas, ya datadas, revelaron ser la representación artística figurativa más antigua descubierta, y fue en 2020 que se determinó cuándo fueron hechas. Sin duda, otra razón para amar la ciencia.
Durante décadas, el uso eficiente de la energía ha sido un desvelo total para los científicos, sobre todo los físicos, quienes han soñado con un material que logre conducir la electricidad tan eficientemente que nada sea desperdiciado. Hasta ahora, gran parte de la energía que generamos se pierde debido a la resistencia eléctrica, que se disipa en forma de calor.
Este sueño se cumplió también en 2020. Investigadores de la Universidad de Rochester, en Estados Unidos, observaron la propiedad superconductora en un compuesto de hidruro de azufre carbonoso a una temperatura de 15°C.
Sin embargo, esta propiedad solo apareció a presiones extremadamente altas de 267 000 millones de pascales, aproximadamente un millón de veces más alta que la presión típica de los neumáticos de un auto.
El nuevo reto será encontrar formas de crear superconductores a temperatura ambiente a presiones más bajas, lo que hará económico producirlos en mayor volumen y podría desatar una revolución energética a escala global.
Si nos quedáramos aquí en nuestro repaso a lo mejor de la ciencia de este calendario, sería suficiente para estar satisfechos con los asombrosos logros de 2020, que ha sido llamado año de la ciencia, por muchos.
Pero, hay más. Próximamente estaremos descubriendo avances que se produjeron en áreas como la inteligencia artificial aplicada a las ciencias exactas, la zoología, y hasta la física de ondas, todas avanzadas durante los 12 meses recién concluidos.