El venidero Día Internacional del Hombre coincide con el primer diagnóstico preciso de una nueva enfermedad mortal masculina
Cuando se siente un dolor extraño, pero dice que son «boberas pasajeras». Cuando se levanta a las 6:00 a.m. incluso si tiene sueño, y es día libre. Cuando intenta buscar un tercer trabajo aunque hay personas en la familia que pueden ayudar. Cuando se le hace un nudo en la garganta por un trauma nunca ventilado ante nadie. Cuando el estrés le roba el momento sexual, pero se achaca la responsabilidad. Cuando tuvo un mal momento financiero, pero no se perdona haber tenido mala economía aunque los factores fueron totalmente ajenos. Cuando quiere elegir una carrera tradicionalmente pensada como femenina, pero nunca lo lleva a la práctica. Cuando le tiene miedo a las arañas, pero nadie lo sabe…
Tomados así, a la ligera, esas presiones sociales sobre los hombres parecieran cosas de risa. Pero si se trata de un cáncer de próstata no descubierto a tiempo porque un hombre pensó que hacerse la prueba era muy humillante, o si hablamos de un hombre que sufre un derrame cerebral por una exagerada carga de trabajo motivada por el mito de tener dinero en abundancia, el asunto se torna más serio.
En un país como el nuestro, marcado también por el machismo que ha asomado tanto la cabeza en toda su cultura, no deben ser pocas las anécdotas difíciles de tener que llenar los zapatos de ese «macho remacho» todopoderoso de ensueños.
Por razones como ese tipo de presiones y lo que pueden generar en la salud de miles de hombres en todo el mundo, se propuso en 1992, a pedido de Tomas Oaster, profesor de la Universidad de Missouri, Estados Unidos, celebrar un día dedicado a preocupaciones propiamente masculinas, y a generar modelos de masculinidad sanos.
Como si la fecha coincidiera este año con los esfuerzos científicos para homenajear a los buenos hombres del mundo, un equipo de científicos estadounidenses de los Institutos Nacionales de Salud han descubierto una nueva enfermedad masculina que demuestra ser mortal, y anuncia ahora la información al respecto.
Las presiones sociales sobre el sector masculino suelen repercutir sobre todo en su salud física y mental. Foto: Tomada de Pinterest.
Llamada preliminarmente Vexas, la patología, según un estudio publicado en la revista The New England Journal of Medicine, puede provocar la muerte en el 40 por ciento de los casos y está causada por mutaciones genéticas.
Los síntomas, que han afectado a varias personas desde hace varios años sin que se llegara antes a un diagnóstico, combinan una afección autoinflamatoria, con fiebre, coágulos de sangre e inflamación del cartílago, del tejido pulmonar y de vasos sanguíneos. Una vez que los vasos sanguíneos se inflaman, pueden afectar los órganos vitales del cuerpo, lo que vuelve el cuadro potencialmente mortal.
La gravedad de esta afección alertó a los investigadores médicos norteños después de que varios casos mostraran resistencia a todo tipo de tratamientos.
«Estos pacientes están realmente enfermos. No responden a ningún tratamiento, desde altas dosis de esteroides hasta varias quimioterapias», explicó Dan Kastner, autor principal del estudio, citado por RT.
«Muchos han pasado años yendo de médico en médico en busca de respuestas —añadió. Es increíblemente frustrante para esos pacientes y aterrador para sus familias».
El equipo no se detuvo en hallar un nombre e identificar esta nueva enfermedad, sino que descubrió que las mutaciones somáticas en los genes UBA1 en estos pacientes son las responsables.
Inicialmente lo encontraron en tres hombres, y luego en otros 22. Después de la finalización del estudio, el síndrome se detectó en otras 25 personas. Los investigadores creen que el número real de pacientes puede ser mayor.
Como una de las versiones de por qué la enfermedad se encuentra solo en hombres, los científicos han apuntado a la conexión de la mutación con el cromosoma X, detalla RT. Creen que el segundo cromosoma X puede proteger de alguna manera a las mujeres de esta mutación.
De ese modo, la investigación servirá como lumbrera a médicos que podrían haberse hallado perdidos en la maraña de diagnosticar un cuadro como el de esta enfermedad, y será útil para continuar en la búsqueda de soluciones para los hombres que la padecen.
Pero aunque suene muy peligrosa, aún si supiéramos que este es el único mal que aqueja solo a hombres, se tendría el alivio de concentrarse solo en él.
Lo cierto es que el cáncer de próstata, el cáncer testicular y la depresión masculina son otros problemas de salud que son exclusivos de este género y causan miles de muertes cada año. También hay cifras alarmantes de problemas de calidad de vida en hombres debido a la propia presión social de género que los limita a ellos tanto como a las mujeres, pues los modelos masculinos insanos afectan a ambos.
Los hombres tienen una tasa de suicidio tres veces mayor que las mujeres, así como mueren de cuatro a cinco años antes, además de que son más propensos al alcoholismo, por lo que padecen consecuentes enfermedades con más frecuencia. Además son más propensos a sufrir enfermedades cardíacas e infartos.
Por todo eso, cada 19 de noviembre varios países se unen al llamado movimiento Movember, que busca hacer jornadas de concientización sobre modelos masculinos más actuales, liberadores de cargas estereotípicas y responsables de su salud.
Cada 19 de noviembre es el Día Internacional del Hombre. Ya lo dijimos. Sin embargo, el porqué aún los países que lo celebran siguen rondando los 49, y no se respira el entusiasmo general de otras fechas internacionales es interesante.
Probablemente, tanta historia de patriarcados insanos hayan dejado un estigma sobre todo lo que se vocifere como exclusivamente masculino, pero esta fecha, por el contrario, no pretende serlo.
En cambio, ya que busca promover los modelos masculinos positivos, celebrar las contribuciones positivas de los hombres a la sociedad, centrarse en la salud y el bienestar, poner en relieve la discriminación contra los hombres, mejorar las relaciones de género, promover la igualdad entre hombres y mujeres y crear un mundo mejor con mayor seguridad, en 1999 Ingeborg Breines, entonces directora del Programa Mujeres y Cultura de Paz de la Unesco, le dio un espaldarazo a la idea del profesor estadounidense al considerarla «una excelente idea que proporcionará un poco de equilibrio entre géneros».
Aunque el ambiente no se llene de postales ni visitas este noviembre, algo que sí podemos hacer es estar atentos a lo que la ciencia aporta para el bienestar de miles de hombres en todo el mundo, y a acompañarles también a aquellos que tienen luchas personales contra las injustas presiones sociales. A fin de cuenta, siempre será todo un juego de equipo.