¿Cuáles son las esencias de la Revolución? ¿Cuáles sus desafíos? ¿Cómo sostener un proyecto social con todos y para el bien de todos en medio de un contexto económico y político complejo? ¿Será 2024 un mejor año?
Es lo que quisiéramos: que los próximos 12 meses le devuelvan al cubano el sosiego y la tranquilidad de hace un tiempo atrás, cuando, a pesar de las dificultades, cada quien más o menos «resolvía» sus cosas y las de su familia con el salario.
Es verdad que nunca ha sido suficiente para satisfacer las demandas cada vez más crecientes, pero, sin duda, su capacidad de compra era mayor.
Mas, de nada vale la añoranza por lo que ya pasó, lo que no está. Los tiempos inflacionarios tensan la cuerda y urge buscar nuevos caminos de desarrollo y prosperidad para este pueblo que bien lo merece.
Quizá lo más difícil sea generar riquezas cuando faltan materias primas, fuerza de trabajo, divisas, pero será peor si a ello se le suma la desidia, la indolencia, la apatía, la indiferencia… y de eso tenemos también por montones.
En esta sociedad los hijos del campesino, del maestro, del obrero, del emprendedor siempre tuvieron los mismos derechos; y hoy las brechas se dibujan mejor. No tienen los mismos puntos de partida, y habría que buscar la forma para que, aulas adentro, todos fueran iguales y no hubiese ostentación innecesaria ni miradas tristes por la princesa que va en la mochila o la calidad de la merienda.
Y sí, este país tiene que seguir velando por sus niños, que son su futuro, y por sus ancianos, que son su historia. Y esa es hoy una deuda a gritos que, paso a paso, habrá que saldar.
Hay mucha gente buena trabajando en Cuba; mucha gente buena que se ha ido a otras tierras y su corazón late aquí; mucha gente que ayuda y desea que a los de esta Isla les vaya mejor, porque desde hace tiempo otras naciones se miran en este espejo de resistencia y resiliencia, sin que nadie pueda decir que es sencillo, fácil, cómodo.
Entonces el «no me importa» no está permitido. A todos nos tiene que importar, nos tiene que doler y, sobre todo, nos tiene que mover la conciencia mirar al lado y ver a unos pasando trabajo y a otros viviendo de los demás.
Este 2024 estará lleno de desafíos y acaso los más importantes serán los económicos, base fundamental para las superestructuras sociales. A la par habrá que enfocarse en los valores y la espiritualidad de la patria; en el rescate y fomento de las tradiciones más autóctonas, de esa cultura que nos define como nación.
Intentar responder cada una de ellas es en sí mismo un acto de valentía. Cuba tiene el desafío de que cada joven tenga aquí su proyecto de vida. Cuba tiene el desafío de crecer en el desarrollo basado en ciencia y tecnología. Cuba tiene el desafío de ser una sociedad más justa con educación y salud de calidad.
Cuba tiene el reto de hacer más alianzas con otros pueblos, de diversificar sus bienes y servicios; de abrir sus puertas al mundo, y mostrarse como es: una sociedad socialista que respeta la autodeterminación de los pueblos y que luchará por más beneficios para el suyo.
Aún no sabemos si 2024 será un mejor año. Habrá que trabajar para ello, corregir con claridad lo que se tergiversó en el camino, pensar absolutamente en función de todos, ser transparentes. Pero si de añoranzas se trata, sí; deseamos un mejor año y hay que ir a por él.