Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Amenaza invisible

Autor:

Roberto Díaz Martorell

Si usted es de los que piensan que «el coco» asusta espere conversar con un microbiólogo. Esos especialistas le meten miedo al susto y les sobra razón.

Les confieso que no tenía plena conciencia de los peligros que entraña violar las reglas más elementales de higiene en casa, sobre todo cuando se convive con mascotas o criamos animales para el consumo o comercio, pero quedé atónito unos días atrás, cuando participé en un Taller de Resistencia Antimicrobiana.

Resulta que en las malas prácticas higiénico-sanitarias en la atención diaria a esos animalitos está la posibilidad de contraer disímiles infecciones; y si usted es de los que automedica y sale a buscar el antibiótico para humanos, está arriesgando su vida y la de su familia.

Como se lo cuento. Una vez que inocule a su mascota —violando el protocolo médico—, esta puede resolver el problema y al mismo tiempo provoca que el microbio que la afectó desarrolle una resistencia a los efectos del fármaco y más tarde, si un hombre resulta infectado y necesita de ellos, no funcionan y se agrava el cuadro clínico del paciente, que puede ser usted.

Investigaciones consultadas por este reportero refieren que las mutaciones de esas cepas hacen que los medicamentos utilizados para curar las infecciones pierdan efectividad, fenómeno muy preocupante porque las infecciones por microorganismos resistentes pueden causar la muerte del paciente, transmitirse a otras personas y generar grandes costos tanto para los hospitales como para la sociedad.

Sin ánimo de que cunda el pánico, lea estos datos informados en el foro: de 53 millones de fallecidos anualmente, 16 millones son por enfermedades infecciosas, considerada una de las principales causas de muerte en el planeta. Muchas de ellas se transmiten al ser humano —en su mayoría a través de los alimentos— y más de la mitad de los patógenos que causan daño al hombre tienen origen animal.

¿Qué les parece? Coincido plenamente con el doctor Moisés Morejón García, presidente de la Alianza para el Uso Prudente de Antibióticos en Cuba, cuando afirmó que la piedra angular en el fenómeno de la resistencia bacteriana está en el uso inadecuado de antibióticos, tanto en los centros hospitalarios como en los hogares.

De ahí la necesidad de establecer protocolos hospitalarios y cumplirlos, aunar fuerzas con los veterinarios para que prevengan a otros de los riesgos de aplicar antibióticos para humanos en animales, que hacen resistente a los patógenos cuando afectan por zoonosis al hombre, lo que demuestra que todavía quedan deudas en la estrategia de educación a la población para que no abuse del consumo de esos fármacos.

Otro punto importante es la higiene. Por eso los especialistas sugieren extremarla tanto en los centros de salud como en las comunidades. No se trata de realizar una cruzada contra las mascotas y animales de corral porque sabemos que son necesarios, pero sí es urgente extremar la limpieza para no lamentar futuras complicaciones médicas.

¿Se imagina usted el problema que se generaría cuando el facultativo diagnostica la presencia de una infección bacteriana y descubre que el medicamento que se debe utilizar, según el protocolo, ya no es eficiente? Buscar otra cura presupone prolongados ingresos, elevados gastos al Estado y la familia, además de arriesgar la vida.

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