Domingo 04 junio 2006 | 01:46:58 pm.
«La final soñada», «superclásico», «verdadero choque de trenes» y otros epítetos similares escuché decir a entusiastas colegas y furibundos aficionados desde que Industriales dejó en la cuneta a Sancti Spíritus y ganó el derecho a discutir con Santiago de Cuba el título de la pasada Serie Nacional de Béisbol, cuyos ecos ya comienzan a apagarse.
Y no sé a ustedes, pero a mí la serie final, que en definitiva concluyó en seis partidos con un sonado triunfo de los azules de l...
Viernes 02 junio 2006 | 05:04:17 pm.
Lo que siguió es presumible. El cliente añadió que le parecía que la parte ancha del embudo siempre daba hacia el lado interno del mostrador. Tal vez —agregó— deba yo ahora revisar uno a uno los billetes que usted me devuelva… Ahí termina el cuento. Y no es la intención del columnista negarle a la cajera el derecho de defender los valores de la tienda e incluso de ella misma: si alguien le colara un billete falso, o roto, tendría ella que pagarlo. Si fuera al revés, sería el cliente el que pagaría los errores o el dolor ajenos.
Domingo 28 mayo 2006 | 05:58:46 pm.
Era el tranvía, decía el poeta Nicolás Guillén en una de sus crónicas, el vehículo ideal para el trasiego de gente mesurada, honesta, paciente y sin prisa: el paralítico, el escribiente, el pensionado civil, el jugador de ajedrez… Precisaba el autor de Sóngoro cosongo, que fue uno de nuestros grandes periodistas: "Situábase usted en una esquina y todo consistía en esperar. La calceta, la lectura de Jorge Mañach o la simple divagación sobre temas no urgidos de resolución inmediata… Cuarenta minutos más tarde era usted sorprendido por un timbreteo inconfundible. ¡Ahí estaba el tranvía! Se instalaba usted en su lenta carroza, en su coche democrático y ya podía dormir seguro de llegar sano y salvo a su destino".
Domingo 19 febrero 2006 | 05:38:41 pm.
Todavía me parece estar viendo la cara de tristeza de aquel señor que, sentado en un banco, se preguntaba por qué muchos jóvenes que encontraba a su paso se vestían como si fueran extranjeros. Tuve deseos de interrumpir su pensar en voz alta y decirle que la causa, a mi entender, estaba en que en Cuba se había tomado el interés por el vestir con gusto como una debilidad de carácter de quien lo tuviera; y la moda, como una mala palabra. Pero temí que me fuera a mal interpretar, y continué mi camino.
Miércoles 14 diciembre 2005 | 01:05:53 am.
Una convocatoria para una jornada de solidaridad con los niños y adolescentes que sufren las consecuencias de los malos gobiernos fue lanzada ayer en La Habana en coincidencia con el Día internacional de la Infancia.