WASHINGTON, febrero 11.— El presidente Donald Trump decidió el pasado lunes aumentar sustancialmente los aranceles a las importaciones de acero y aluminio, y cancelar exenciones y cuotas libres de impuestos para los principales proveedores: Canadá, México, Brasil y otros países, en una medida que podría aumentar el riesgo de una guerra comercial en múltiples frentes, dijo Reuters.
Elevó la tasa arancelaria a las importaciones de aluminio a 25 por ciento desde el 10 por ciento anterior que impuso ya en 2018 para, según argumentó, ayudar al sector en problemas, porque dijo que millones de toneladas de importaciones de acero y aluminio habían estado ingresando a Estados Unidos libres de impuestos en virtud de acuerdos de cuotas, exenciones y miles de exclusiones de productos.
Esto supone extender los aranceles de seguridad nacional de la Sección 232 de 2018 para proteger a los fabricantes de acero y aluminio. Trump también impondrá una nueva norma norteamericana que exige que las importaciones de acero sean «fundidas y vertidas» y que el aluminio sea «fundido y moldeado» en la región para frenar las importaciones de acero chino mínimamente procesado a Estados Unidos.
El asesor comercial de Trump, Peter Navarro, dijo: «Los aranceles al acero y al aluminio 2.0 pondrán fin al dumping extranjero, impulsarán la producción nacional y asegurarán nuestras industrias de acero y aluminio como columna vertebral y pilares de la seguridad económica y nacional de Estados Unidos».
Trump abordó por primera vez la acción sobre el acero y el aluminio el pasado domingo, y agregó que también anunciaría otro conjunto de aranceles recíprocos más adelante en la semana, lo que generó advertencias de represalias de los socios comerciales.
Canadá es clave del acero que emplea EE.UU. como principal exportador y proveedor de una cuarta parte, Brasil el segundo, y México el tercero con alrededor del 12 por ciento, según datos del American Iron and Steel Institute, citados por CNN. Mientras China, el mayor productor de acero del mundo, solo representó alrededor del 1,8 por ciento de todas las importaciones de acero de EE. UU. en 2024.
Este martes, durante la rueda de prensa matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, el secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, consideró que esos aranceles son «un balazo en el pie a ambos países»; además, subrayó que México importa más acero desde Estados Unidos y que la balanza comercial es favorable para ese país, por lo que agregó que «no es lógico, con lo que se está argumentando como razón para poner tarifas».
Los aranceles de Trump al acero y al aluminio, que entrarían en vigor en marzo próximo, podrían elevar el precio de los vehículos, los refrigeradores, los refrescos, las cervezas y las bicicletas, dijeron expertos en comercio a la ABC News.
Según Kyle Handley, profesor de Economía de la Universidad de California en San Diego, los precios más altos podrían manifestarse en tan solo tres meses o hasta en un año; sin embargo, al indagar ese medio en la Casa Blanca, le respondieron que la política impulsaría el desempeño económico.
«En su segunda administración, el presidente Trump volverá a utilizar los aranceles para nivelar el campo de juego y marcar el comienzo de una nueva era de crecimiento y prosperidad para la industria y los trabajadores estadounidenses», dijo el portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai.