TEHERÁN, Irán.- Cuando en mayo de 2001 el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz visitó la República Islámica de Irán, reconoció el privilegio de estar en esta «tierra legendaria», y habló de «un país de leyenda», de una «cultura milenaria» y de «un pueblo inteligente, luchador y valiente».
Hoy, en el umbral de los 45 años del restablecimiento de los nexos diplomáticos entre Cuba y la nación persa, suceso estampado en la historia el 8 de agosto de 1979, tras el triunfo de la Revolución Islámica, las relaciones continúan el camino de la amistad y la cooperación, sobre la base del respeto y apoyo mutuos.
Se trata, al decir de Alexander Pellicer Moraga, director de África Norte y Medio Oriente, del Ministerio de Relaciones Exteriores, «de históricos vínculos de fraternidad y solidaridad», impulsados por los líderes de las dos revoluciones, y cultivados por más de cuatro décadas en beneficio de ambos pueblos.
Como reflejo de esos nexos sobresale, a su juicio, la participación de una delegación cubana, encabezada por el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, en la toma de posesión del recién electo Presidente de Irán, Dr. Masud Pezeshkian, ceremonia prevista para este 30 de julio.
La presencia cubana aquí, añade, demuestra el interés de mantener el diálogo político al más alto nivel, y reafirma la voluntad del Gobierno de continuar trabajando con las nuevas autoridades en el desarrollo y fortalecimiento de nuestras relaciones, en particular en las esferas económico-comercial y de cooperación.
Solidaridad y Respeto mutuo, brújula de estos 45 años
A lo largo de estos 45 años, la defensa de la soberanía y la independencia ha sido brújula para la consolidación de los nexos entre Cuba e Irán, y en ese fortalecimiento también ha desempeñado un papel significativo el intenso intercambio de visitas al más alto nivel.
Además de la estancia del Comandante en Jefe, en 2001, en la que sería su última gira por esa zona del mundo, también vale destacar, en palabras de Pellicer Moraga, la realizada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en diciembre del pasado año. En esa oportunidad, sostuvo intercambios con las máximas autoridades persas y fue recibido por el Líder Supremo de la Revolución Islámica, Ayatolá Seyed Ali Jamenei, símbolo del positivo estado de las relaciones políticas.
Tras el encuentro, en una de las publicaciones en su cuenta en X, el líder iraní evocó, justamente, su diálogo con Fidel 22 años atrás: «La Revolución cubana y la figura de Castro tuvieron siempre un atractivo especial para los revolucionarios iraníes desde antes de triunfar la Revolución Islámica. La razón era la sinceridad de él en sus posiciones revolucionarias».
El director de África Norte y Medio Oriente de la Cancillería cubana subrayó, además, las visitas a la Mayor de las Antillas de los últimos presidentes de Irán: Mahmud Ahmadineyad, en enero de 2012; Hasán Rohaní, en septiembre de 2016, y Ebrahim Raisi, en junio de 2023, quien perdió la vida en un accidente de helicóptero, en mayo pasado.
Y si de hitos en la cooperación bilateral se trata, hay que mencionar especialmente —de acuerdo con el experto—, la transferencia de tecnología de la vacuna Soberana, por parte del Instituto Finlay de Vacunas al Instituto Pasteur de Irán, lo que ayudó a la nación persa a superar la Covid-19, ante la imposibilidad de acceder a las vacunas controladas por las grandes transnacionales occidentales.
Al amplio potencial de colaboración y complementariedad en el sector biotecnológico se suman, según Pellicer Moraga, otras áreas de interés identificadas como la producción de alimentos, y las esferas energética y del transporte.
En ese sentido, el 2023 fue fértil en la firma de instrumentos bilaterales —más de diez—, con el propósito de afianzar los lazos en materia económica, de salud, científico-técnica, en el campo de las telecomunicaciones, la cooperación aduanera y judicial, entre otros ámbitos.
La visita del Jefe de Gobierno cubano, que se extenderá desde este lunes hasta el 1ro. de agosto, confirma el buen estado de las relaciones, y la voluntad de ambos países de elevar los vínculos económicos y comerciales al mismo nivel de los políticos y diplomáticos.