En buenas manos ha estado el pequeño Yeraldy desde que llegó al mundo, mientras espera por el primer beso de su padre. Autor: Cortesía de la UJC Publicado: 29/02/2024 | 11:31 pm
SOCHI, Rusia.— El nacimiento de un bebé que nos hace padres, abuelos, tíos... es un gran acontecimiento, una experiencia transformadora que acaba enamorándonos, como si fuese un desprendimiento generoso de nosotros mismos; pero si es la llegada del primer hijo el hecho puede ser como un aluvión sentimental que ilumina con cierta fuerza divina la existencia y hasta multiplica muchas veces los motivos para seguir amando y construyendo en pareja.
Son esas emociones las que ahora mismo envuelven al camagüeyano Yurisney Gil Monteagudo, delegado al Festival Mundial de la Juventud, quien en pleno vuelo camino a esta ciudad balneario, se convirtió en papá. A más de 10 000 metros de altura y gracias a la conexión vía internet de su compañero de viaje, el periodista Lázaro Manuel Alonso, supo esta noticia que le ha producido «tremenda ilusión, tremenda alegría».
Cuando partió a cumplir con su deber de representar a la Mayor de las Antillas en esta cita de la solidaridad y la fraternidad entre los pueblos, su esposa, Yuneisy Ronquillo, se encontraba ingresada en el hospital materno Ana Betancourt de Mora, de la capital provincial, en espera de la llegada del bebé. «El 27 de febrero, ya en trajines de viaje, recibí la noticia de que había nacido mi Yeraldy».
«En ese momento, íbamos en pleno vuelo a la ciudad de Estambul, luego de realizar una breve escala técnica en el aeropuerto internacional de Maiquetía Simón Bolívar, en Caracas. Me sentí el hombre más privilegiado del mundo y no pude esconder el nerviosismo ni las muchas ansias y ganas de besarlo y apretarlo que sentí y siento», afirma.
«Mis compañeros de viaje me dieron ánimo, fue una experiencia única y hermosa, compartida también en esta familia que me ha regalado el festival, aunque no estaba con mi esposa», cuenta Yurisney.
«Sé que pronto llegará ese abrazo esperado y la suerte de contarle después a mi niño, cuando ya esté más crecidito, que el día de su nacimiento papá defendía en otras tierras esta bella obra que se llama Revolución».
Entonces, confiesa que siente «mucho orgullo de poder mostrar al mundo, lo que hemos ayudado a construir en Cuba con el aporte de sus hijos más jóvenes, pues no solo somos una generación que resiste y avanza, sino que también nos empeñamos en un mejor país. En Yeraldy está para mí ahora mismo la mayor inspiración para seguir haciendo».
Inmerso en los trajines y el nerviosismo propio del viaje, Yurisney conoció la feliz noticia. Fotos: Cortesía de la UJC
La hora de los saludos
Fotos: Cortesía de la UJC