Los intereses geopolíticos de los aliados israelí-estadounidenses han vulnerado las condiciones de supervivencia de decenas de miles de familias en Palestina. Autor: France 24 Publicado: 08/11/2023 | 10:52 pm
La matanza indiscriminada por los bombardeos israelíes a Gaza llegó este miércoles a 10 569 muertos, entre ellos 4 324 niños, 2 823 mujeres y 649 ancianos.
La magnitud de la carnicería humana, que ya cumplió 33 días, resulta tan insultante y bochornosa, que hasta la Casa Blanca admite ahora la veracidad de los datos aportados por el Ministerio de Salud de la Franja, instalado por Hamás.
Los comentarios fueron hechos por el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, quien previamente había dicho a los periodistas que esperaban que Israel continuara matando a civiles inocentes.
Israel ha matado a «muchos, muchos miles de inocentes», admitió el alto funcionario, pero también reafirmó la continuidad del apoyo incondicional del Pentágono a su aliado y punta de lanza en Oriente Medio.
A pesar del reconocimiento del inquietante efecto en la opinión pública, el presidente Joseph Biden mantiene el compromiso formulado al premier israelí, Benjamín Netanyahu, cuando viajó a Tel Aviv con el fin de coordinar su apoyo a la operación de tierra arrasada puesta en marcha.
El portavoz del Pentágono, brigadier general Pat Ryder, también reconoció que «miles» de civiles han sido asesinados.
A pesar del terrible número de muertos, Estados Unidos todavía se niega a poner límites al uso de armas estadounidenses por parte de Israel, destacó en Antiwar.com su editor Dave DeCamp.
Cuando se le preguntó el martes sobre las víctimas civiles, la portavoz del Pentágono, Sabrina Singh, dijo: «No ponemos condiciones a las armas que enviamos o que Israel está usando».
La administración también se niega a revelar los tipos de armas que envía a Israel.
Kirby dijo en una rueda de prensa el 23 de octubre que Estados Unidos envía equipo militar a Israel «casi a diario», pero que la administración no detallará lo que Israel recibe «para sus propios fines operativos de seguridad».
Los Gobiernos de Israel y Estados Unidos ahora no están de acuerdo sobre cuántos civiles palestinos está bien matar, pero «esta pequeña discordia táctica contribuye poco a socavar la sólida alianza entre los dos países», escribió el director nacional de RootsAction.org, Norman Solomon.
La sólida alianza entre Washington y Tel Aviv se sustenta en un acuerdo por diez años que garantiza 38 000 millones de dólares en ayuda militar estadounidense.
Y ahora, subraya Solomon, mientras continúa la matanza en Gaza, Joseph Biden se apresura a proporcionar asistencia militar adicional por valor de 14 000 millones de dólares.
La semana pasada —cuando el número de muertos por el bombardeo masivo israelí de Gaza se acercaba a las 10 000 personas, incluidos varios miles de niños—
altos funcionarios estadounidenses comenzaron a preocuparse por la creciente protesta horrorizada en el país y en el extranjero.
Por eso, hicieron público sus silenciosos recelos y llamaron a una «pausa humanitaria», pero ya está claro que Netanyahu insiste en literalmente borrar del mapa a Gaza, reducirla a escombros y empujar hacia un nuevo exilio a más de dos millones de palestinos.
Sin embargo, hasta en la propia prensa israelí se levantan voces contra su liderazgo y de hecho lo consideran un cadáver político, la primera víctima de la revuelta de Hamás el 7 de octubre.
El diario Haaretz subrayó entre sus principales titulares que «a pesar de los feroces ataques de Israel, los líderes de Hamás mantienen su control en Gaza».
«Raramente vemos a los terroristas, ellos están bajo tierra», destacó el propio periódico en el título de un amplio reportaje nombrado «Con los soldados en Gaza» donde recoge sus testimonios.
Tras un mes de la incesante agresión israelí, una coalición de 13 destacadas organizaciones humanitarias, entre ellas Médicos Sin Fronteras (MSF) y Oxfam, pidió a los líderes internacionales que presionaran para lograr un alto el fuego en Gaza.
A su vez, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, volvió a la palestra y dijo que miles de niños en Gaza fueron asesinados, lo que, según él, muestra que hay «algo claramente mal en la forma en que se están llevando a cabo las operaciones militares».