El exsecretario de Estado de la administración Trump, Mike Pompeo, ha sido citado a comparecer en un tribunal español por el juez Santiago Pedraz para testificar sobre si la CIA planeaba asesinar al periodista australiano fundador de WikiLeaks, Julian Assange, mientras era el jefe de la Agencia Central de Inteligencia, informó el diario español ABC. William Evanina, exjefe del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad, también fue citado a comparecer ante el tribunal.
Antiwar.com, el portal estadounidense que comenta esta indagación, recuerda que Yahoo News informó el año pasado que en 2017 la CIA conspiró para secuestrar a Assange, y que algunos altos funcionarios discutieron matarlo y solicitaron opciones sobre cómo llevar a cabo el asesinato.
La CIA estaba furiosa con Assange por la publicación de WikiLeaks en 2017 de documentos que detallaban las herramientas y sistemas de hackeo de la agencia de espionaje, conocidas como Vault 7, software malicioso y armas cibernéticas empleadas de manera encubierta y que fue revelado en siete entregas de Wikileaks.
La CIA perdió el control de la mayoría de su arsenal de «hackeo», incluyendo malware, virus, troyanos, sistema de control remoto y documentación asociada, entre otros que, según publicó entonces Wikileaks, «esta extraordinaria colección de varios cientos de millones de códigos dan a su poseedor la capacidad de 'hacking' íntegra de la CIA».
Un exfuncionario de seguridad nacional de Trump le dijo a Yahoo News que Pompeo y otros altos funcionarios «estaban completamente separados de la realidad porque estaban tan avergonzados por Vault 7… ellos querían ver sangre». La CIA consideró que la exposición de Vault 7 representaba «la mayor pérdida de datos en la historia de la CIA».
Lo investigado por Yahoo News en 2021 estaba basado en conversaciones con más de 30 exfuncionarios estadounidenses, ocho de los cuales describieron detalles de las propuestas de la CIA para secuestrar a Assange, y se revelaban nuevos pormenores sobre la guerra del Gobierno de Estados Unidos contra Wikileaks, encabezada por Pompeo, la cual violó importantes restricciones legales, potencialmente puso en peligro el trabajo del Departamento de Justicia para enjuiciar a Assange y arriesgó al Reino Unido, el aliado más cercano de Estados Unidos, dijo entonces Yahoo News.
La decisión de ahora del juez Pedraz accede a la solicitud formulada por los abogados de Assange en España en sendos escritos donde planteaban tomarles declaración después de que Evanina confesara que «la Inteligencia de Estados Unidos tenía acceso a las cámaras de la Embajada de Ecuador en Londres, a grabaciones de conversaciones dentro de la misión, a los dispositivos de las visitas y a los documentos de viaje de todos ellos, habiendo llegado a planear incluso el asesinato o el secuestro del asilado», explico EuropaPress.
Apunta que en su último escrito, del pasado 17 de mayo, y al que también ha tenido acceso esa agencia de noticias, los abogados de Assange explicaban que las declaraciones realizadas por Evanina señalaban a UC Global, «una mercantil con sede social en España, y sobre la que nuestro país tiene jurisdicción», «como parte de la trama» descrita por el otrora jefe de la contrainteligencia estadounidense.
Cuando los funcionarios estadounidenses debatieron las posibles acciones contra Assange, las autoridades ecuatorianas habían iniciado esfuerzos para garantizarle estatus diplomático de manera que pudiera abandonar la embajada en Londres y volar a Moscú para servir en la misión ecuatoriana en Rusia.
En respuesta, la CIA y la Casa Blanca comenzaron a prepararse para una serie de escenarios para frustrar los planes de salida rusa de Assange, según tres exfuncionarios. Esos incluyeron posibles tiroteos con agentes del Kremlin en las calles de Londres, estrellar un automóvil contra un vehículo diplomático ruso que transportaba a Assange y luego agarrarlo, y disparar los neumáticos de un avión ruso que transportaba a Assange antes de que pudiera despegar hacia Moscú. (Los funcionarios estadounidenses pidieron a sus homólogos británicos que hicieran el tiroteo si se requerían disparos, y los británicos estuvieron de acuerdo, según un ex alto funcionario de la administración).
Según el informe de ABC, Pompeo debe comparecer ante el juez de la Corte Suprema Nacional Santiago Pedraz en algún momento de este mes para explicar si hubo un complot para secuestrar o matar a Assange, aunque se le dio la opción de comparecer a través de un enlace de video.
Por separado, la Audiencia Nacional de España ha estado investigando a una empresa de seguridad española que puede haber espiado a Assange para la CIA mientras proporcionaba seguridad a la Embajada de Ecuador en Londres, donde el periodista australiano estaba asilado.
Assange ha estado detenido en la prisión londinense de Belmarsh durante más de tres años sin ser condenado por un delito. El fundador de WikiLeaks está actualmente a la espera de una decisión de la ministra del Interior del Reino Unido, Priti Patel, sobre si será extraditado o no a los Estados Unidos para enfrentar un juicio por exponer los crímenes de guerra de los Estados Unidos.
El periodista australiano ha sido acusado por Estados Unidos de 17 cargos de espionaje y un cargo de conspiración para cometer un delito informático por publicar documentos que le filtró la ex soldado del Ejército estadounidense Chelsea Manning, una práctica periodística estándar. Si es declarado culpable, podría enfrentar hasta 175 años de prisión.
Desde su inicio en diciembre de 2006, Wikileaks se presentó como un modelo diferente de periodismo, pues cualquier persona en cualquier lugar podía enviar materiales de forma anónima para su publicación, y así revelaron desde ritos secretos de fraternidad hasta detalles de las operaciones de detenciones secretas del gobierno estadounidense.
Sin embargo, fue en 2010 cuando Wikileaks recibió atención mundial al publicar un video que alguien les había proporcionado tomado por las cámaras de las armas de fuego de un ataque aéreo de 2007 por helicópteros del Ejército de Estados Unidos en Bagdad que mató al menos a una docena de personas, incluidos dos periodistas de Reuters, e hirió a dos niños pequeños. El Pentágono se había negado a publicar el dramático video.