Desde que comenzó la pandemia de la COVID-19, Washington ha priorizado la financiación de armas nucleares y militares sobre las vacunas globales —7,5 veces más dinero para la destrucción que para la vida— comenta Sarah Lazare, editora web de In These Times.
Dicho de otra manera, el dinero destinado a las donaciones mundiales de vacunas ha ascendido a solo el 13 por ciento del destinado a las armas nucleares, y la comparación muestra que, incluso durante una crisis internacional compartida, en la que un brote en cualquier lugar amenaza a las personas en todas partes, el aparato político de Estados Unidos está mucho más dispuesto a financiar instrumentos de muerte que las vacunas que protegen la vida, afirma la periodista.
Zain Rizvi, director de investigación de la organización de vigilancia corporativa Public Citizen, ayudó a In These Times a calcular el número total de dólares que se destinaron a la compra de donaciones mundiales de vacunas: aproximadamente 7 000 millones.
Agrega que la administración Biden está utilizando la operación militar rusa en Ucrania para pedir 50 900 millones en gastos en armas nucleares para el año fiscal de 2023.
Sobre las vacunas, afirman que EE. UU. compró 1 000 millones de dosis (a un precio de aproximadamente 3 500 millones de dólares por cada 500 millones de dosis), pero según el Departamento de Estado, hasta ahora solo se han enviado 525 millones de dosis, porque muchas de estas dosis aún no se han distribuido internacionalmente, y no está claro cuándo o si alguna vez lo harán.
Lindsay Koshgarian, directora del programa Proyecto de Prioridades Nacionales, que investiga el gasto militar norteamericano, ayudó a In These Times a calcular el gasto en armas nucleares de Estados Unidos durante la pandemia, prorrateando el gasto en armas nucleares del año fiscal del Departamento de Energía a partir del 11 de marzo de 2020 y hasta el 15 de abril de 2022.