El Gran Polo Patriótico, donde se halla el PSUV y que contenderá en noviembre con más de 40 organizaciones de carácter nacional, se prepara para las elecciones. Autor: PL Publicado: 01/09/2021 | 09:42 pm
CARACAS, septiembre 1ro.— El presidente Nicolás Maduro consideró la participación de la oposición «dura» en las megaelecciones regionales del próximo mes de noviembre como la apertura de un ciclo de estabilidad política, y calificó esos comicios, de antemano, como un triunfo.
«Hemos traído a toda la oposición venezolana al plano electoral», afirmó el Jefe de Estado algunas horas después de conocerse la decisión de las facciones de los partidos miembros del llamado G4 que no se habían postulado (Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia y Voluntad Popular) de presentar sus candidaturas.
Analistas coincidieron con el punto de vista del mandatario de que dicha medida adentra al país en un clima de paz, toda vez que se trata de sectores que han apoyado acciones agresivas hasta el intento de magnicidio, y saboteado la legitimidad de los comicios recientes con su negativa a participar.
Tal postura abstencionista ha dejado a esas agrupaciones fuera de puestos políticos pero, al propio tiempo, ha servido de punta de lanza a Estados Unidos y la Unión Europea para cuestionar la legitimidad de las elecciones venezolanas y justificar las medidas punitivas.
La demanda de su levantamiento constituye, precisamente, uno de los puntos más relevantes de la agenda del ejecutivo en el diálogo abierto hace dos semanas con la oposición derechista en México, en cuyas primeras sesiones participaron representantes de Juan Guaidó, quien no se ha pronunciado acerca de la nueva decisión de los sectores del G4 que van a las regionales.
Interrogado al respecto por periodistas que colocaron la grabación en Twitter, Henry Ramos Allup, tradicional líder de Acción Democrática, dijo: «Su partido (el de Guaidó) está participando… Todo el mundo está participando (…) Yo no sé. Él no es un partido».
Tampoco se habían pronunciado otros dirigentes derechistas alejados de sus fragmentados partidos como Julio Borges y Leopoldo López.
Según reportó Russia Today, Ramos Allup estimó también que la postura proelectoral «es un esfuerzo que debemos reconocer a los integrantes de la Plataforma Unitaria», el apelativo con que la derecha ha pretendido una posición de unidad en las conversaciones.
Allup también pidió «respeto» a la decisión, que han tomado «después de un análisis muy consciente y muy profundo» que los ha llevado a defender «el derecho a votar» y a participar en las venideras elecciones, dijo, y agregó que esa posición cuenta «con el visto bueno de EE. UU., Canadá y la Unión Europea».
La celebración de elecciones «observables» es, a su vez, un aspecto propuesto por la oposición en el temario del diálogo, por lo que quizá pueda entenderse la «decisión electoral» de los radicales como otro temprano fruto de los encuentros, tras la liberación del opositor Freddy Guevara.
Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional y jefe de la delegación
gubernamental en el diálogo, confirmó la fecha prevista del 3 de noviembre como momento para reanudar esas conversaciones, que se seguirán desarrollando en México.
Rodríguez estimó que el pueblo venezolano puede vanagloriarse y enorgullecerse de que después de tantos llamados a invasiones, a medidas coercitivas, a sanciones, a bloqueos; después de tanto robo (en alusión al dinero del Estado incautado en bancos europeos y a la confiscación de Citgo), la resistencia del pueblo ha obligado a que esos sectores violentos asuman que no queda otra vía diferente que la vía constitucional y democrática, reportó Venezolana de Televisión.
Durante un taller con los candidatos del Gran Polo Patriótico con vista a las elecciones regionales y municipales del 21 de noviembre, Rodríguez estimó que esos comicios ocurrirán «en un momento de profunda inflexión política y social en Venezuela, en un contexto que el pueblo ha logrado derrotar a la más brutal andanada violenta que haya recibido en los últimos 150 años».