WASHINGTON, enero 28.— El Departamento de Seguridad Interior (DHS) emitió una alerta que se extenderá hasta el 30 de junio ante la persistencia de los elementos que motivaron las acciones violentas en el Capitolio el pasado 6 de enero.
Ese aviso de emergencia antiterrorista se publicó a partir de las amenazas provenientes de «extremistas violentos» que se oponen al Gobierno del presidente Joe Biden, y pide a la población reportar actividades sospechosas, dijo Telesur.
El DHS aseguró que su alerta no está motivada por «informaciones sobre un complot específico creíble», sino más por un «clima de amenazas», presente en todo el país y que puede durar varias semanas.
«La información sugiere que algunos extremistas violentos movidos por la ideología, con objeciones al ejercicio de la autoridad gubernamental y la transición presidencial, así como por otros agravios alimentados por falsedades, podrían seguir movilizándose para incitar o cometer violencia», dijo el Departamento en un comunicado.
Al mismo tiempo, autoridades judiciales anunciaron la inculpación de un partidario de Donald Trump, luego de hallar cinco bombas artesanales en su empresa. Según el acta de acusación, estas serían utilizadas para atacar a demócratas.
Desde su fundación, en septiembre de 2001, la dependencia de Gobierno publica estas advertencias de forma regular. Llama la atención que en este caso no sea relacionada a causa de amenazas de
origen extranjero, fundamentalmente yihadistas. Es la primera vez que el boletín de alerta antiterrorista tiene que ver con una amenaza interna, señaló un portavoz.
«Me congratulo de que el Departamento reconozca plenamente la amenaza planteada por la extrema derecha violenta», que fue «alentada durante los últimos cuatro años», expresó el legislador demócrata Bennie Thompson, que preside la comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes.
El expresidente republicano Trump ha sido acusado en varias ocasiones de ser permisivo con la derecha radical. Algunos de los miembros de este grupo extremista estaban en la primera línea del asalto al Capitolio el pasado 6 de enero, acota Telesur.
Los extremistas violentos crearon crecientes amenazas en Estados Unidos—según el comunicado— durante el último año, a lo que se suman las restricciones impuestas por la Covid-19, la derrota de Trump ante Biden, brutalidad policial y la inmigración ilegal.
Para el departamento, estas motivaciones podrían seguir existiendo en los próximos meses y podrían animar a los extremistas a «apuntar a funcionarios electos e instalaciones del Gobierno».
Protegerán las infraestructuras críticas y las poblaciones que podrían ser blancos de ataques por su religión, raza, origen, identidad u opinión política, subrayó el comunicado, y recomendó a los estadounidenses a mantenerse vigilantes, sobre todo, de su seguridad personal.