Ejemplificando su hostilidad hacia Irán, Estados Unidos lleva a cabo sobrevuelos de B-52 de la región con mayor regularidad, a menudo dos veces al mes, lo que ha sido confirmado por una declaración el pasado fin de semana de su Comando Central (Centcom). Al igual que en casos anteriores, los funcionarios lo llaman una demostración «observable» del poder militar, dirigida explícitamente a Irán.
Los bombarderos del 17 de enero volaron desde Minot, Dakota del Norte, haciendo el largo vuelo de 36 horas sin parar a Irán para demostrar un punto sobre la hostilidad estadounidense, aunque los funcionarios no dijeron cuántos B-52 participaron en este sobrevuelo en particular.
Según antiwar.com, en los anteriores generalmente involucraban a dos de estas aeronaves que tienen una capacidad extrema de alcance, y tienen que volar una ruta larga de hecho para lograr un objetivo potencial.
Desde noviembre pasado esta sería la quinta operación de este tipo. El 7 de enero un funcionario del Pentágono dijo a Fox News que Estados Unidos había vuelto a desplegar bombarderos B-52 en Oriente Medio.
Los frecuentes vuelos B-52 comenzaron después de que surgió un informe en los medios de comunicación que dijo que el presidente Donald Trump revisó las opciones para atacar un sitio nuclear iraní.
Trump consideró un golpe después de que se denunciaran supuestas violaciones menores iraníes del acuerdo nuclear de 2015, el que el propio Estados Unidos violó por primera vez en 2018.
Los vuelos de este 2021 se producen luego de que Irán confirmara que estaba empezando a enriquecer uranio hasta un 20 por ciento para su programa nuclear civil, lo cual fue una respuesta al asesinato del destacado científico iraní Mohsen Fakhrizadeh, que murió en un aparente complot israelí, agregó otra información de Antiwar.
Desde el asesinato de Fakhrizadeh, el ejército israelí también ha estado advirtiendo de los ataques iraníes. En las últimas semanas, Estados Unidos también ha anunciado el tránsito de un submarino de propulsión nuclear a través del estrecho de Ormuz y decidió mantener el portaviones USS Nimitz en la región, citando «amenazas» iraníes.
Dado que se espera que la administración Biden entrante vuelva a la diplomacia con Teherán, los iraníes no tienen ninguna razón para provocar a Estados Unidos en una confrontación militar en las próximas semanas, comentó Antiwar sobre esta continuación de la política de Trump en Irán.
Un artículo publicado este lunes en The Grayzone por Gareth Porter, investigador histórico y periodista especializado en política de seguridad nacional, asegura que el jefe del Centcom, general Kenneth McKenzie, ha fabricado una crisis de Irán para aumentar su prestigio y poder dentro de las fuerzas armadas.
El analista hace referencia a que durante los últimos dos meses de la administración Trump, una serie de provocativos movimientos militares estadounidenses en Oriente Medio suscitaron temores de que se estuviera encendiendo una guerra contra Irán, pero «la atmósfera de crisis no fue el resultado de ninguna amenaza planteada por Teherán, sino más bien el producto de una campaña fabricada por el jefe del Comando Central de los Estados Unidos, general Kenneth F. McKenzie Jr., para promover sus intereses».
En una apuesta por el prestigio y el poder dentro de las fuerzas armadas, y la influencia sobre la formulación de políticas que garantiza, McKenzie ha trabajado para acumular activos militares, agrega.
«La sed de influencia del general ha sido un factor impulsor en el último episodio de las tensiones entre Estados Unidos e Irán», afirma Porter, quien apunta que para avanzar en su agenda McKenzie ha desplegado una serie calculada de movimientos político-burocráticos, combinados con un impulso de relaciones públicas en los medios de comunicación».
McKenzie es un general de cuatro estrellas que anteriormente se desempeñó como director del Estado Mayor Conjunto en el Pentágono, y es considerado como el comandante políticamente más astuto que haya dirigido el Comando de Oriente Medio, según el periodista Mark Perry, y también ha demostrado ser «excepcionalmente descarado en la intriga para defender sus intereses», acota el artículo publicado en The Grayzone.
Casi inmediatamente después de tomar el mando en Centcom en marzo de 2019, el general McKenzie lanzó su campaña de manipulación política, y activó el envío de un grupo de ataque de portaviones, al solicitar fuerzas adicionales para contener «una amenaza iraní supuestamente urgente».