Rocky Trump Autor: Juana Carrasco Martín Publicado: 28/11/2019 | 10:39 pm
El presidente de EE. UU., Donald Trump, publicó este miércoles en su cuenta en Twitter un fotomontaje en el que aparece con el cuerpo del personaje cinematográfico Rocky Balboa, encarnado por Sylvester Stallone.
No escribió ninguno de sus textos insultantes, provocadores o egocentristas. Simplemente el falso retrato. Una aparente broma o divertimento del señor de la Casa Blanca. Sin embargo, el falso retrato generó de inmediato una ola de tuits, de bromas y memes, hasta de respuestas o reply ácidas. Se compara la imagen, medio regordeta de Trump, con el cuerpo musculoso de Rocky; hay videos en que un Balboa con rostro trumpiano remeda los combates de boxeo, principales escenas de la célebre saga de Stallone —ocho secuelas desde 1976 hasta 2018.
La publicación ya acumulaba en la tarde del jueves más de 643 000 Me gusta, alrededor de 187 000 comentarios y cerca de 145 000 respuestas, lo que deja entrever el carácter manipulador en las redes del mensaje, un Trump fuerte, poderoso y campeón, como primera lectura.
Si continuamos en el análisis, también político, se revela la otra cara de la manipulación. Trump entretiene a los estadounidenses y al mundo con lo que parece —y lo es— una tontería banal, y los distrae de asuntos realmente importantes y hasta decisorios en el acontecer local y mundial.
No voy a enumerarlos todos, apenas me enfocaré en la situación geopolítica en América Latina y el Caribe, a la que desde su posición de impulsor de la Doctrina Monroe Siglo XXI, considera terreno propio donde jueguen y ganen sus intereses económicos (léase los de los emporios capitalistas que representa desde su cargo en la Casa Blanca).
Guerras en las que el estruendo de las armas va dejando una estela de sangre, dolor, y desplazamientos forzosos de pueblos enteros, por un lado. En el anverso de la misma moneda destructora del equilibrio mundial, guerras económicas que pueden llevar al planeta a la bancarrota. Ni Estados Unidos mismo se libraría del terrible coletazo.
Es esencial, no lo olvidemos, que está sometido a un proceso indagatorio en varios comités de la Cámara de Representantes, liderados por los legisladores del Partido Demócrata, para lograr su impeachment o juicio político, con el objetivo de que sea sacado de la Casa Blanca, porque los chanchullos e intrigas en los que se ha involucrado rompen las reglas del juego de la «democracia», tal y como hizo Richard Nixon, quien se vio obligado a renunciar por aquello de que mejor me voy antes de que me boten.
Dicen los conocedores de la emocionalidad humana que toda manipulación se lleva a cabo de forma consciente y deliberada, para asegurar lealtad y dependencia del otro hacia ellos, cuando se es consciente de sus propias carencias.
Lo cierto es que a Trump se le puede ir cerrando el cerco cuando estamos a menos de un año de las próximas elecciones presidenciales (noviembre de 2020), cuando se consideraba plenamente seguro de presentar su candidatura y, además, ganar. Por tanto, tiene que saber pelear dentro y fuera del ring, y con este Rocky se lanza al primer round, para en noviembre próximo salir con el brazo levantado y declarado campeón, es decir, presidente relegido.
Como dato curioso: Su propio meme puede haberle costado bien poco al magnate-presidente, una propaganda electoral subliminal en Twitter que, de realizarse en los medios de comunicación, le hubiera salido en una millonada. De acuerdo con el portal de noticias Mashable, es probable que el inquilino de la Casa Blanca haya utilizado un póster bautizado como Rocky Trump (parody), que se vende en internet por 18,95 dólares.