Ana Alvarado (al centro) acompañada por estudiantes venezolanos Autor: Lenin Peña Publicado: 21/05/2019 | 09:57 pm
CARACAS, Venezuela.— Hubo que cazarla. Literalmente, esa es la palabra: cazarla, pues desde que llegué a esta tierra y me dispuse a un encuentro con Ana Alvarado, presidenta de la Federación Venezolana de Estudiantes Universitarios, —una de las organizaciones anfitrionas del 18vo. Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE)—, a ella se le ve de manera fugaz. Está pendiente de cada detalle.
Por fin, luego de la inauguración de la cita regional la noche de este lunes, Ana —a quien le acompañan una fuerza y deseos incalculables de hacer, como joven de su tiempo—, abrió un espacio en su agitadísima agenda para responder las preguntas de Juventud Rebelde. «Han sido días muy intensos para lograr este encuentro de reflexión profunda y convertirlo en una fiesta del pueblo».
—¿Cómo recibieron la noticia de que serían sede de este Congreso?
—Con mucho entusiasmo. Fue un gran honor y orgullo, no solo para nosotros los estudiantes, sino también para las autoridades y el pueblo, que nos eligieran como sede, a pesar de todo lo que estamos pasando ante la arremetida imperialista de Estados Unidos y sus lacayos. Después de 60 años, nuevamente le tocó a nuestro país un Congreso de la Oclae, pues aquí se celebró el 3er. CLAE en apoyo a la naciente Revolución Cubana.
«No olvidemos que su triunfo en 1959 marcó un nuevo capítulo en la historia del continente y ejerció una notable influencia en el plano estudiantil. En ese entonces, hoy como nosotros, la nación hermana era víctima de constantes maniobras agresivas del imperialismo, y el Congreso las condenó y sostuvo que la defensa de Cuba“es la defensa de los verdaderos intereses latinoamericanos”».
—¿Qué hicieron, desde la fecha de elección hasta ahora, por el desarrollo del CLAE?
—En estos meses trabajamos en crear las condiciones logísticas, organizativas y políticas y, sobre todo, que aparte de venir a Venezuela a discutir sobre la integración regional, la educación emancipadora y las luchas antimperialistas, conocieran la realidad de nuestro país, que vieran una Venezuela libre, solidaria, humana, tranquila, y también una juventud que sueña, que construye y que se forma para seguir llevando adelante la Patria. Trabajamos para que los delegados se sientan como en casa.
—¿Y el Gobierno y las autoridades se implicaron en el desarrollo del evento?
—Todas las autoridades nos apoyaron, y fue imprescindible el aporte de nuestro presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros. Cuando se enteró de que seríamos la sede de este 18vo. CLAE dijo que contáramos con todo el respaldo del Gobierno y de él, pues estaba seguro de que este iba a ser el mejor Congreso de la historia. Y así lo hizo, intercambió varias veces con nosotros sobre los detalles organizativos del evento.
«El 12 de abril último, en acto donde compartió con miembros de la Federación Mundial de Juventudes Democráticas, felicitó a nuestro estudiantado por la responsabilidad que significa la organización del evento. Él ha sido el conductor de esta gran victoria estudiantil. Por eso estaremos a su lado para defender la soberanía y la independencia de la patria».
—¿En qué situación se encuentra el movimiento estudiantil de Venezuela?
—Desde la llegada de nuestro querido Hugo Rafael Chávez Frías nosotros hemos sido visibilizados, tomados en cuenta y nos han dado grandes responsabilidades en la Revolución. Nuestro actual Presidente constitucional también ha seguido esa línea de pensamiento. Ya nadie nos reprime y no tenemos que salir a las calles a protestar por nuestros derechos. Nuestro movimiento estudiantil sigue orgulloso de sus logros y de Nicolás Maduro Moros. Por todas estas conquistas nuestra responsabilidad hoy es solidarizarnos más con él, acompañarlo, y entender el momento histórico que estamos viviendo.
«Tenemos que fortalecer la conciencia revolucionaria para preservar la paz y defender a la nación que nos dejó el Comandante Supremo, con las armas si hace falta. Nuestra juventud y el pueblo hoy asumen grandes retos y, sobre todo, ese legado de lucha que nos dará el triunfo definitivo. Chávez nos llamó juventud de oro, juventud rebelde, jóvenes de corazón amplio y manos firmes para aplicar con justicia la independencia y libertad que demandan los pueblos, y eso no lo podemos olvidar».
—¿Y si hablamos de resultados en materia de educación?
—Hoy Venezuela tiene más de diez millones de estudiantes desde la enseñanza inicial hasta la universitaria; además, se eliminó el analfabetismo. Tenemos una educación pública y gratuita que se sustenta en materiales escolares, becas, comedores, transporte… y apostamos por esa educación con calidad y pertinencia, que vaya a la calle, que sane las heridas de la guerra económica.
«En este contexto que viven nuestros países tenemos que apostar por una educación libertadora, una educación para el trabajo, para el desarrollo, para el progreso, y no en lo material, sino en lo espiritual, en lo humano; y estudiar para ser justos, para crear, para ser humanos, libres, para producir, crecer y conseguir el desarrollo y desatarnos de los yugos imperiales que nos pretenden oprimir sabiendo que si nos hacen presas de las amenazas seremos esclavos de la oscuridad».
—Si tuvieras que definir a quiénes ahora mismo protagonizan la reunión estudiantil más grande de la región ¿cómo lo harías?
—Aquí en Venezuela se juntan hoy jóvenes rebeldes, soñadores, inspirados, llenos de conciencia, de sentimientos humanistas, y sobre todo, de una convicción solidaria. Como lo dijo el líder político Salvador Allende: «ser joven y no ser revolucionario es una contradicción, incluso hasta biológica». Puedo asegurarte que esa contradicción no la vas a encontrar en este momento aquí, porque los hombres y mujeres, los líderes del presente, del ahora, los realistas, los comprometidos, estamos conscientes de nuestra responsabilidad histórica.
—¿Ante los nuevos tiempos que vive la Patria Grande cuál tiene que ser el camino, desde el movimiento estudiantil, para avanzar en su integración?
—Este es un tiempo oportuno para que los estudiantes se conviertan en un muro de contención, de amor, de paz, de conciencia libertaria, de unidad, y de lucha constante para contrarrestar los planes del enemigo. Por eso desde este espacio nos toca seguir meditando y debatiendo las ideas que nos harán fuertes ante el imperialismo.
«Recordemos que este es el momento, no podemos recular, no podemos estar mareados, como decimos en la jerga más criolla. Es el momento de colocarnos en armas, estamos en guerra aunque queremos la paz, pero para conseguirla tenemos que luchar y resistir con dignidad en defensa de nuestra patria venezolana y también de la Patria Grande. Trabajemos con orgullo para que cada día puedan hacerse realidad las notas de nuestro Himno Nacional que “la América toda existe en nación”. Existe, existirá y hoy está más viva que nunca».