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Trump ahora quiere mantener tropas en Siria

Trump ha endosado una carta de varios congresistas que reclamaban como esencial mantener tropas terrestres estadounidenses en Siria «para garantizar la estabilidad» de ese país

Autor:

Juana Carrasco Martín

O se peina o se hace papelillos. El dicharacho le pega de lo mejor a Donald Trump, quien ha endosado una carta de varios congresistas que reclamaban como esencial mantener tropas terrestres estadounidenses en Siria «para garantizar la estabilidad» de ese país. El mandatario dijo que está ciento por ciento de acuerdo y que «se está haciendo todo» lo posible.

Volvió a desenfundar las pistolas, al parecer tratando de evitar que Turquía tenga presencia en el oeste para enfrentar a los kurdos y con ello se transformó en un saltimbanqui, pues apenas hace dos meses —el 19 de diciembre pasado— había declarado en un video publicado en Twitter: «Hemos ganado contra ISIS. Les hemos vencido y les hemos golpeado gravemente. Hemos recuperado la tierra y ahora es el momento de que nuestras tropas vuelvan a casa».

«Nuestros muchachos, nuestras mujeres jóvenes, nuestros hombres, todos están regresando. Y están regresando ahora. Ganamos. Y así es como lo queremos. Y así es como ellos lo quieren», publicaba en otro tuit decembrino.

Sin embargo, había dudas de la tal victoria sobre el grupo terrorista que, en 2014, había establecido su «califato» en zonas controladas de Siria e Irak y su Gobierno de facto se había instalado en la antigua ciudad siria de Raqqa, para apoderarse de 39 000 millas cuadradas de tierra en una región con ocho millones de habitantes.

En aquel momento, el Presidente y su sorprendente anuncio de abandono militar fue objeto de no pocas críticas. Por ejemplo, Charles Lister, un especialista y miembro principal del Instituto del Medio Oriente, dijo que era una decisión «extraordinariamente miope e ingenua» y argumentaba que envalentonaría al Gobierno de Bashar al Assad e Irán mientras alienaba a las fuerzas kurdas que han luchado como aliados junto a Estados Unidos y se les dejaba «verdaderamente abandonados».

Otro censor del anuncio presidencial de diciembre fue Nick Rasmussen, exdirector del Centro Nacional de Contraterrorismo, quien argumentaba, que la medida dificultaría la recopilación de información de inteligencia de Estados Unidos en la región porque esas agencias dependen de las fuerzas estadounidenses para el apoyo logístico y de otro tipo, y advertía: «Obviamente, la derrota implica algo que simplemente no es verdad, que la organización carece de capacidad para hacernos daño».

Políticos como los senadores Lindsey Graham, de Carolina del Sur, y el ultrahalcón Marco Rubio, de Florida, también consideraban errada la declaración presidencial. Pero sobre todo, las dudas llegaban desde el propio Pentágono, pues el presidente del Estado Mayor Conjunto, general Joseph Dunford, había dicho a comienzos de diciembre que en Siria, respecto a su estabilización «todavía tenemos un largo camino por recorrer», pues solo habían completado el 20 por ciento de su objetivo de entrenar a 40 000 fuerzas locales y en este caso léase otros grupos terroristas que operaban contra el Gobierno legítimo de Assad.

Poco después de aquel anuncio de Trump sobre el retiro de tropas, la portavoz del Departamento de Defensa, Dana White, insistió en que «la campaña contra ISIS no ha terminado».

La verdad se fue imponiendo. El tal retiro se hacía muy callada y lentamente. Se suponía que dejaban solo 200 tropas de entrenamiento, luego subieron a 400 y a ciencia cierta no se conoce si se fueron o no los 2 000 efectivos de territorio sirio, además de que es obvia la intención de que sea cual sea el número, sería el comienzo de una presencia perdurable.

Una copia de la carta escrita el 22 de febrero por el grupo bipartidista de senadores y representantes, que «provocó» el cambio de opinión trumpiano, fue obtenida por NBC News, y en ella se dice que Trump destacó un párrafo: «Al igual que usted, buscamos garantizar que no se pierdan todas las ganancias obtenidas en Siria, que ISIS nunca regresa, que Irán no esté enojado, y que consolidamos nuestros logros y aseguramos el mejor resultado en Ginebra para los intereses estadounidenses». El epitafio a esa aseveración lo escribió directamente sobre la misiva el propio Donald Trump y lo firmó: «Estoy de acuerdo al 100%. TODO se está haciendo».

Tradúzcalo así: Estados Unidos y sus segmentos belicistas no renuncian a la presencia militar en una región de su mayor interés, y Siria es un punto clave en el Medio Oriente, donde quieren otra guerra sin fin…

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