El Nobel de la Paz premió los esfuerzos contra la violencia sexual como arma de guerra de parte de un doctor y una activista Autor: Twitter Publicado: 05/10/2018 | 06:18 pm
DENIS Mukwege y Nadia Murad ha inscrito su nombre en la historia como los Premio Nobel de la Paz 2018. Él, ginecólogo de profesión que ha dedicado su vida (incluso a riesgo de muerte) a ayudar a mujeres violadas en la República Democrática del Congo (RDC); y ella, activista iraquí de origen yazidí, que antes de alcanzar los 25 años de edad sufrió los horrores como esclava del grupo terrorista Estado Islámico. En ambos, ha dicho el Comité Noruego, se premian los «esfuerzos para terminar con el uso de la violencia sexual como arma de guerra y en conflictos armados».
«Acepto este premio por ustedes (las mujeres)», dijo Mukwege desde el hospital Panzi, según informó el diario local Actualité. En 1999, el doctor fundó, con el apoyo de las organizaciones de ayuda internacional, este centro médico en la ciudad de Bukavu, al este del país, donde ha intervenido a decenas de miles de mujeres violadas y víctimas de la ablación.
«Esto demuestra que ustedes ya han sido reconocidas. Este premio no tendría sentido si no reconociera la lucha de la mujer», añadió el ginecólogo. En octubre de 2012 sufrió un atentado en el que murió uno de sus colaboradores, justo un mes después de haber dado un discurso en la ONU en el que pedía a la organización una «condena unánime» contra los grupos rebeldes «responsables de actos de violencia sexual».
Mukwege dedicó el galardón «a las mujeres de todos los países víctimas de conflictos y enfrentadas a la violencia diaria». A su vez,se declaró «honrado» de recibir el premio junto a Nadia Murat, «con quien comparto esta lucha».
La joven yazidí, por su parte, «es la testigo que habla de los abusos cometidos contra ella y otros. Ella ha demostrado un valor extraordinario al relatar sus propios sufrimientos y hablar en nombre de otras víctimas», apuntó el Comité.
Murad vivía con su madre y sus 12 hermanos en el pueblo de Kojo, al norte de su país, cuando en agosto de 2014 fue secuestrada y vendida como esclava sexual por el EI. La joven logró escapar en noviembre de aquel año, gracias a la ayuda de los vecinos. Acabó en un campo de refugiados de Irak y después se trasladó a Alemania.
Su lucha le ha hecho merecedora de varios premios internacionales, entre ellos el Sájarov a la libertad de conciencia y el Václav Havel de derechos humanos. Es además embajadora de Buena Voluntad de Naciones Unidas para la Dignidad de los Supervivientes de la Trata de Personas.
Para la edición de este año de los Nobel de la Paz se habían presentado 331 candidaturas, la segunda mayor cifra de la historia tras la edición de 2016. De los 331 aspirantes, 216 correspondían a personas, mientras que las 115 restantes eran de grupos u organizaciones, según el Comité.
La Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleare, (ICAN, por sus siglas en inglés) un grupo que reúne a unas 460 ONG de alrededor de 100 países, fue la galardonada en 2017.