Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El pedazo que nos falta

Eliminar las bases militares extranjeras en todo el mundo, y en particular la ubicada en Guantánamo, es una necesidad, pues violan la soberanía e independencia de los pueblos

Autor:

Yuniel Labacena Romero

Soy víctima de la política injerencista del imperialismo. Vivo en el municipio guantanamero de Caimanera, territorio parcialmente ocupado por una base ilegal y militar de Estados Unidos, denunció Olga Pérez Guerra, primera secretaria del Comité Municipal de la Unión de Jóvenes Comunistas allí, cuando los panelistas terminaron y cedieron la palabra al auditorio.

Nos han enlutado a numerosas familias, como la de Ramón López Peña y Luis Ramírez López. Han establecido un centro de terror internacional y, por tanto, la devolución de ese espacio nos corresponde por derecho y razón, pues atentan contra la soberanía nacional y la integridad de nuestro pueblo, afirmó.

Su testimonio conmovió a cuantos participaron en el seminario sobre la lucha contra las guerras y organizaciones imperialistas, así como por el cierre de bases militares extranjeras —que se desarrolló en una de las salas del Main Media Center—, pues Guantánamo no es el único sitio con bases militares estadounidenses, por ejemplo, en América Latina.

Como dijo Iraklis Tsavdaridis, secretario ejecutivo del Consejo Mundial de la Paz, en el mundo el 95 por ciento de esas instalaciones son de Estados Unidos, seguido de sus socios imperialistas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte; y es el país que posee, además, el mayor arsenal nuclear en la historia de la humanidad.

Tsavdaridis se unió al reclamo de eliminar la base enclavada en Cuba, como también las existentes en otras regiones del planeta, pues ello «sigue siendo una forma directa de intervención de las potencias extranjeras en los asuntos internos de otros Estados, que implica una violación a la soberanía, la independencia nacional y al derecho internacional».

Iguales sentimientos compartió Alejandro Behamaras, joven funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien, como miembro del panel, aseguró que la base en Guantánamo se mantiene en contra de la voluntad del Gobierno y pueblo cubanos desde 1959. «Eso hace que sea una causa especialmente vital y nuestra lucha constante.

«Lacera y lastima nuestra dignidad que nos falte un pedazo de nuestra tierra, de esa tierra que no dejaremos de defender porque nos pertenece», dijo el joven, quien añadió que «para ganar la batalla de una total abolición contarán con el apoyo de los hombres y mujeres de buena voluntad de este mundo».

Fue este un espacio donde se analizó también cómo las guerras injerencistas han afectado la estabilidad de no pocos países. A ese inestable contexto global se suma ahora la presencia de una nueva administración republicana en Washington, que ha generado innumerables cuestionamientos, críticas y un gran escepticismo, cuyas acciones militares más recientes hacen sonar los tambores de una guerra de devastadoras consecuencias para la humanidad.

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