El pueblo de Venezuela no va a entregar su destino a una minoría violenta, dijo Delcy Rodríguez. Autor: AVN Publicado: 21/09/2017 | 07:02 pm
CARACAS.— Desde hoy delibera la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para refundar, sanar, salvar al país. Lo hace desde el Salón Elíptico del Palacio Federal Legislativo, el mismo espacio donde este 4 de agosto se produjo el acto solemne de instalación del poder de poderes.
Como predestinada al estremecimiento, la nación vive horas grandes, entre cuyas notas más altas y esperanzadas estuvo la llegada de los constituyentes al lugar donde se instalaría la ANC, en grupo compacto y encabezado por las imágenes de Bolívar y Chávez, esas que en un día triste de 2016 fueron negadas por una Asamblea apátrida, en un acto de agravio que el pueblo no perdonará.
Ante las multitudes que rodearon el Palacio y colmaron como tantas otras veces las avenidas cercanas, llegaron los más de 500 integrantes de la supraentidad, quienes llevaban rosas rojas que iban acomodando en un cojín antes de entrar al acto de instalación de la ANC.
Una vez que los constituyentes tomaron sus asientos en el Salón Elíptico, el Padre Numa Molina pronunció ante los presentes una oración de bendición: «Vengo a bendecir a un pueblo que se volcó ese 30 de julio con una sola voz, con un grito que le salió del corazón».
El sacerdote jesuita expresó su deseo de que la bendición fuera para los 30 millones de venezolanas y venezolanos, para los que no pudieron salir el día de la votación porque sus libertades estaban injustamente secuestradas, para los más de ocho millones que sí pudieron votar, y para los 545 constituyentes. Para estos últimos pidió que Dios los ilumine; les dé la sabiduría necesaria para que escuchen siempre al pueblo.
A cargo del constituyente Diosdado Cabello estuvo proponer quiénes conformarían la Junta Directa de la soberana ANC. Mientras el pueblo congregado en las calles clamaba «victoria popular», los constituyentes escuchaban la sugerencia sobre la cual debían pronunciarse.
Diosdado propuso para la presidencia a Delcy Rodríguez, «una joven mujer, profesional, patriota, cara de nuestro país en los últimos días de defensa de la patria bolivariana ante el mundo, una verdadera revolucionaria», dijo. Y para la primera vicepresidencia habló de «un compañero extraordinario, un maestro verdadero, un amigo entrañable, una persona especial para los revolucionarios y las revolucionarias»: Aristóbulo Istúriz, quien tiene la experiencia de haber vivido la ANC de 1999.
El nombre propuesto para la segunda vicepresidencia fue el de Isaías Rodríguez, quien formó parte de la directiva de la ANC de 1999. «Otro gran venezolano, argumentó Diosdado, gran hombre de bien que aquel 11 de abril del año 2002 tuvo la valentía de salir a decir que en Venezuela lo que había ocurrido era un golpe de Estado; un fiscal valiente, digno, leal a la patria». Para secretario fue propuesto Fidel Vázquez, y para subsecretaria, la joven Carolis Pérez.
La propuesta de Junta Directiva fue aprobada por la Asamblea. Quienes dirigirán, y cada constituyente, juraron defender con honor y valentía a Venezuela, y de ese modo quedaron embestidos como el Poder Originario.
«A la derecha la vamos a sumar —afirmó Diosdado Cabello—; a quienes hoy no están aquí vamos a sumarlos. Tenemos que asumir esta responsabilidad con una alta nobleza, y llamar al que tengamos que llamar para que haga sus aportes a esta ANC. Las puertas están abiertas».
Delcy Rodríguez hizo uso de la palabra para, en una alocución memorable, agradecer al convocante de la Constituyente: «el presidente Nicolás Maduro Moros se hizo gigante el día de hoy (…) creció por sobre sí mismo y entregó el poder al pueblo (…) Así será recordado, así será reconocido (…) Le agradecemos por haber activado los poderes creativos y sabios del pueblo de Venezuela».
La Presidenta de la ANC recordó la Constituyente de 1999, y aclaró: «No vinimos a acabar con esa Constitución (…) vinimos a apartar del camino todos los obstáculos, todas las arbitrariedades dictatoriales que han impedido ejercer la validez material de nuestra Constitución. Venimos a defenderla, a profundizarla, a renovarla».
Varios mensajes importantes, reflexionó Delcy, hay que leer de la jornada vivida por el pueblo el 30 de julio. «Al jefe del imperio le decimos: no te metas con Venezuela. (…) Imperio salvaje y bárbaro, no te metas con Venezuela que Venezuela jamás desmayará ni se entregará».
Añadió que «a la derecha venezolana que se niega a encontrar un camino para la acción política, que se niega a renunciar a la violencia criminal, a las muertes y a las balas, el pueblo de Venezuela también le manda un mensaje: le dijo “queremos acción política”».
«A esa derecha le decimos que si no toma el camino de la acción política se las verá con la justicia, y esta Constituyente también llegó para hacer justicia».
Hacia el final de un discurso ovacionado por el pueblo, Delcy fue categórica: «Aquí no hay crisis humanitaria, aquí hay amor. Lo que hay es una crisis de una derecha fascista tratando de destruir a un pueblo libre e independiente. Es la única crisis que tenemos que resolver y la vamos a resolver». A los que no creían en la Constituyente, dijo, «aquí tienen nuestra mano firme y tendida para el diálogo nacional. Esta Constituyente es para todos y para todas (…) no hay exclusión».
Mientras las multitudes seguían colmando las avenidas, los constituyentes fueron hasta donde descansan los restos mortales del Eterno Comandante Hugo Chávez, para jurar ante él lealtad a la patria.