Daniel Ortega. Autor: Prensa Latina Publicado: 21/09/2017 | 06:57 pm
Nicaragua conmemoró el aniversario 122 del natalicio de Augusto C. Sandino con la firmeza de consolidar hoy un futuro de paz y estabilidad, sobre la base del diálogo, la alianza y el consenso entre todos los actores de la sociedad, informó Prensa Latina.
Durante el acto central por la efemérides, realizado la víspera en Niquinohomo, el presidente de la República, Daniel Ortega, destacó precisamente la importancia de la unidad de todas las fuerzas del país, para mantener y fortalecer las conquistas de la Revolución Sandinista.
«Ese es nuestro gran objetivo y nuestro gran compromiso, mantener la paz y la estabilidad, porque la paz y la estabilidad hay que estarla asegurando segundo a segundo», puntualizó Ortega.
El mandatario también aseguró que no habrá acción alguna que detenga el avance de Nicaragua en el fortalecimiento de su unidad, cimentado en el entendimiento, el diálogo y el consenso entre todas las fuerzas productivas de la nación.
Para Ortega esa alianza estratégica, a la que se suman otros actores de la sociedad, permiten garantizar la seguridad del país, frente a las diversas amenazas que hoy se ciernen sobre el mundo.
Asimismo, dejó claro que lo logrado hasta ahora es obra de todos los nicaragüenses comprometidos con un proyecto de nación.
«En este proyecto está Sandino, porque estamos haciendo realidad el sueño de nuestro General, de una patria libre», puntualizó.
Al hacer un recuento sobre los acontecimientos históricos de la liberación del país, Ortega afirmó que la fuerza y ejemplo de Sandino inyectaron dignidad en el pueblo.
En ese sentido, la vicepresidenta de la República, Rosario Murillo, sostuvo que más allá de un Héroe Nacional, Sandino es el padre de la Dignidad Nacional, de la Revolución Sandinista.
Sandino -acentuó- nos deja con su entrega, un legado de amor infinito que nos toca vivir todos los días, caminar todos los días.
Para Murillo el compromiso de trabajar en amor al pueblo es cumplirle a Sandino y a los héroes y mártires de la nación, labor que, acotó, exige entrega y dedicación completa.
Pero además, apuntó, exige una conversión personal y el convencimiento de que Nicaragua lo que necesita es mucho amor.
Esto, reflexionó, permite a la nación dejar atrás los conflictos y el odio que en el pasado dividió a los nicaragüenses y avanzar en unidad y reconciliación.
«La grandeza de nuestra Revolución es la capacidad que hemos tenido y que tenemos de reunirnos, de encontrarnos, más allá de los signos políticos y de trabajar juntos por el bien común», enfatizó.
De esa manera el gobierno nicaragüense asume así el compromiso de preservar la paz, a través de una reconciliación incluyente, que gira en torno a la unidad y defensa de la soberanía nacional, por encima de los tintes políticos.