En los aeropuertos hay personas apuradas. Parece el caso de la mujer que, a bordo de un avión de Cebu Pacific, entre Dubái y Manila, adelantó cinco semanas su alumbramiento.
Las aeromozas, con dos enfermeras, improvisaron una sala de parto. La nave fue desviada, pero nadie se quejó, pues el llanto de aquella niña premiaba cualquier atraso.
La compañía dio a la bebé boletos gratuitos por toda su vida. ¿Qué nombre le pusieron a la afortunada? Heaven, es decir, Cielo.