BUJUMBURA, Burundi, mayo 15.— El promotor del complot golpista en Burundi, el general Godefroid Nyombare, anunció este viernes la rendición de los militares que lo acompañaron en la asonada anunciada el pasado miércoles contra el presidente Pierre Nkurunziza y pidió clemencia.
«Hemos decidido rendirnos. Espero que no nos maten», dijo Niyombare vía telefónica a un periodista de una agencia noticiosa francesa, mientras soldados fieles al mandatario intentaban rodearlo.
Minutos antes y en similar tono, el número dos del movimiento golpista, el general Cyrille Ndayirukiye, reconoció en declaraciones a la emisora Radio Francia Internacional (RFI) que «nuestro movimiento fracasó».
La Presidencia había informado este viernes que al menos tres de los principales líderes del golpe de Estado resultaron detenidos y entre ellos figuraba Ndayirukiye.
El desconcierto se apoderó de Burundi cuando Nyombare, en una declaración radiada, anunció el pasado día 13 que las masas decidieron tomar en sus propias manos el destino de la nación.
Durante su alocución dio por hecho que Nkurunziza fue retirado de sus deberes. «El gobierno ha sido derrocado», recalcó.
Sin embargo, la Presidencia desmintió después la maquinación y en su cuenta oficial afirmó que «ha sido un intento fallido de golpe de Estado... la situación está controlada».
Las detenciones se cumplen este viernes luego de conocerse que el jefe de Estado regresó de Tanzania, tras participar en una conferencia emergente de la Comunidad de África Oriental sobre la crisis burundiana.
Radioemisoras indicaron que entre fuerzas leales a Nkurunziza y militares golpistas se extendieron los combates hasta horas de la tarde de ayer en las inmediaciones de los estudios de la estación estatal RTNB.
Según fuentes citadas por una agencia francesa de noticias, al menos tres militares murieron durante los enfrentamientos.
Al margen de la actual incertidumbre, en las últimas semanas adversarios políticos se lanzaron a la calle en Bujumbura para protestar por la aspiración de Nkurunziza de cumplir un tercer mandato.
El presidente fue designado el pasado 25 de abril por el Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia (CNDD-FDD, partido gobernante), para aspirar a una tercera legislatura.
Tal nombramiento provocó una ola de violentas protestas por parte de opositores que insisten en que la Constitución limita a dos el número de mandatos.
Los burundianos temen la repetición de anteriores conflictos. Más de 250 000 personas murieron en la guerra civil (de 1993 a 2005) entre los rebeldes hutus y el ejército, dominado por los tutsi.