Las delegaciones del Gobierno de Colombia y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) mostraron su congratulación por haber recibido en La Habana y escuchado con respeto, los relatos del tercer grupo de víctimas que, en representación de los más de seis millones de afectados por la guerra en el país, dieron su apoyo al proceso de paz.
Cerrando el vigésimo noveno ciclo de conversaciones, ambas delegaciones coincidieron además en rechazar las amenazas de que están siendo objeto tanto los representantes de las víctimas como numerosos defensores de derechos humanos y personalidades de la vida política en Colombia.
Al respecto, el jefe de la delegación colombiana, Humberto de la Calle, reiteró el compromiso del Gobierno de garantizar su protección.
En su alocución, De la Calle también resaltó la capacidad de los damnificados y el enorme esfuerzo por sobreponerse a su dolor y reconstruirse. Las víctimas son el centro de gravedad del proceso, por lo que es fundamental que todos los actores asuman su parte de responsabilidad ante ellas, recordó.
En ese sentido, en su encuentro con la prensa, el jefe guerrillero Iván Márquez afirmó que las FARC-EP reconocerán las afectaciones que hayan causado «con la certeza de que ello nunca se ha debido a la perpetración de ataques intencionados contra la población, sino debido a situaciones imprevisibles en unos casos y también errores injustificables en otros».
En otra parte, Márquez pidió también al Gobierno de Juan Manuel Santos la realización de un armisticio que se acuerde de manera inmediata con el fin de acortar la distancia hacia la firma de un acuerdo final.
Teniendo en cuenta que la paz no está a la vuelta de la esquina, el líder insurgente instó a su contraparte a anunciar desde ahora las transformaciones institucionales establecidas en los acuerdos parciales.
Se refirió también a la posibilidad del desarme guerrillero una vez firmada la paz, pero este, apuntó Márquez, es un asunto que no puede abordarse sin relacionarlo con el tema de las garantías de seguridad, el esclarecimiento del fenómeno del paramilitarismo y la seguridad para los antiguos combatientes.
«Nadie puede imaginar la aplicación del concepto de dejación de armas sin preguntarse qué uso se le dará a las armas de la contraparte», afirmó.
Este ciclo que culminó, resultó ser significativo porque, además del nuevo cara a cara con los afectados por más de 50 años de confrontación, las partes hicieron públicos los borradores íntegros de los acuerdos parciales sobre el tema de la tierra, participación política y erradicación de cultivos ilícitos, todos suscritos por ambos desde que comenzó el proceso de negociación en Cuba hace casi dos años.
El nuevo período de pláticas, centrado también en el tema de las víctimas —quinto en la agenda— se iniciará el próximo 20 de octubre y para el 29 se espera la llegada a La Habana del cuarto grupo de víctimas.