NACIONES UNIDAS, enero 13.—El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas analiza este lunes la situación en la República Democrática del Congo, donde pese a la rendición del grupo insurrecto Movimiento 23 de Marzo (M-23) continúa la violencia en el oriente del país, informa Telesur.
Según el reporte remitido por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al órgano de 15 miembros, el escenario sigue volátil en la región de Kivu, donde a principios de mes murió en una emboscada el coronel Mamadou Ndala, quien estaba a cargo de las operaciones militares contra rebeldes en el oriente congoleño.
Desde antes de la derrota del M-23 se habían intensificado los choques entre grupos armados por motivos étnicos, entre ellos los llamados Raia Mutomboki y Mayi-Mayi Cheka, acciones que dejaron civiles muertos o desplazados, precisa en el documento.
También hay inseguridad en las provincias de Ituri, Manieva, Katanga y Orientale, a partir de la presencia de rebeldes.
El secretario general señala en su informe que el Ejército de la República Democrática del Congo se fortalece, con el apoyo de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas (Monusco).
Respecto a la situación humanitaria en el país africano, Ban la califica de preocupante, por la existencia de dos millones 700 mil desplazados, con mayor número de personas en esa condición en las provincias de Kivu Norte, Maniema y Orientale, en comparación con la situación manejada en su reporte de septiembre último.
Sin embargo, aclara que tras la derrota del M-23 muchos desplazados por la violencia comenzaron el retorno a sus hogares, sobre todo en los territorios de Rutshuru, Nyiragongo y Beni, en el oriente congoleño.
A principios de noviembre, el M-23 (milicia de exrebeldes integrados al Ejército que se amotinaron en 2012) anunció el fin de su rebelión.
El Consejo de Seguridad también evalúa hoy la gestión de la Monusco, fuerza establecida en 2010 que tiene en el terreno a 21 mil 500 uniformados, entre militares, policías y observadores procedentes de África, América, Asia y Europa.
En marzo del año pasado, el Consejo aprobó incorporar a la Misión una brigada interventora, con mandato de un año y tareas como «la neutralización de grupos armados, reducir su amenaza y abrir espacios para la estabilización».
De acuerdo con la ONU, la Monusco ha sido blanco de decenas de ataques, los cuales han dejado 67 muertos, entre soldados, policías, observadores y civiles.