NICOSIA, marzo 29.— Tras 12 días de estar cerrados, los bancos chipriotas reiniciaron su actividad normal, pero con severas restricciones de movimientos de capitales para evitar fugas masivas.
Según informó la radio pública de Chipre, colas limitadas se observaban frente a las agencias de Laiki Bank, el segundo banco en importancia del país.
Esa institución será liquidada en virtud de un acuerdo del país con sus acreedores internacionales para evitar su quiebra económica.
Según ese arreglo, la troika integrada por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, otorgó a esa nación un crédito de 10 000 millones de euros con ese fin, dijo PL, y a cambio, le impuso duras restricciones económicas y la reestructuración de su sector financiero.
Se informó que la retirada en efectivo en los mostradores de los bancos o en los cajeros está limitada a 300 euros por persona diariamente.
Asimismo, los pagos y transferencias al exterior no pueden rebasar los 5 000 euros mensuales, y solo se permite a los viajeros que salgan del país llevar consigo mil euros en efectivo.
El presidente de Chipre, Nicos Anastasiadis, dijo este viernes que la nación permanecerá en la Eurozona, en una conferencia frente a funcionarios de la capital, Nicosia, según la agencia de noticias CNA.
También impugnó todo «experimento peligroso» que ponga en riesgo el futuro del país.
Mientras, persisten los problemas para pagar salarios, alquileres o facturas como resultado de las restricciones, lo cual perturba la vida económica de la población.
El Instituto de Finanzas Internacional (IIF), que representa a los mayores bancos del planeta, advirtió el jueves que la economía de la isla mediterránea iba a sufrir una severa caída.
En ese sentido pronosticó que la recesión podría llegar al 20 por ciento de su Producto Interno Bruto.
El economista jefe del IIF, Philip Sutttle, afirmó que Chipre sufre todos los costos relacionados con la moneda única europea, sin disfrutar de ninguno de sus beneficios.