Esposas de antiterroristas cubanos presos en cárceles de Estados Unidos por vigilar actividades de grupos extremistas de la Florida, denunciaron este miércoles el carácter injusto de las condenas de sus cónyuges, informa PL.
Elizabeth Palmeiro, criticó el encarcelamiento y violaciones del proceso legal contra su esposo Ramón Labañino, sentenciado junto a Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández y René González a largas penas en suelo norteamericano, incluyendo la sanción de dos cadenas perpetuas más 15 años para Hernández.
Conocidos internacionalmente como los Cinco, cuatro de ellos permanecen encerrados desde 1998, mientras René cumple tres años de libertad supervisada en territorio estadounidense, pese a reclamos de activistas por su pronto regreso a Cuba.
En declaraciones a Venezolana de Televisión, Palmeiro calificó a los Cinco como verdaderos luchadores que se opusieron a planes violentos contra Cuba organizados desde Estados Unidos, acciones que en más de medio siglo han dejado tres mil 478 muertos y más de dos mil incapacitados.
Asimismo, Olga Salanueva, esposa de René, resaltó que el camino de los antiterroristas fue el de la dignidad y no de la traición.
Salanueva afirmó que existe mucho ensañamiento con el tema de los cinco: en el caso de René, la niña que dejó en Cuba ahora es madre. Él no ha podido siquiera ver a su nieto, ya que todavía no le permiten regresar al lado de su familia. No obstante, seguimos buscando alternativas para encontrar una solución a la situación de los Cinco tras 14 años de injusta prisión.
Teníamos planes de tener hijos, pero se nos ha impedido esa posibilidad. No hemos podido alcanzar el sueño de ser padres. Para mí es cruel que ninguno de ellos haya regresado, agregó.
Esperamos que el presidente estadounidense, Barack Obama, haga un gesto de paz y ponga fin al sufrimiento de los Cinco y de sus familiares, expresó Pérez.
En septiembre de 1998, cinco cubanos fueron arrestados en Miami por agentes del FBI y aislados en celdas de castigo durante 17 meses antes de que su caso fuera llevado al tribunal por el seguimiento de las actividades de grupos y organizaciones responsables de actos terroristas contra Cuba.
Aunque fueron imputados de nebulosos cargos de conspiración, el gobierno de Estados Unidos nunca los acusó de espionaje, ni afirmó que hubiera ocurrido espionaje real ya que no les fue incautado ningún documento clasificado.