En su versión inicial, el tarjetón electoral para las presidenciales de hoy incluía a siete aspirantes. Cada cuadro representa a los partidos en liza y a sus candidatos. Además de Chávez y Capriles, iban a pugilatear por la silla de Miraflores: Luis Reyes, Orlando Chirino, Reina Sequera, María Bolívar y Yoel Acosta Chirinos. Desde la presentación de este tarjetón a hoy, nombres y partidos se han movido, pero no existía confirmación oficial, al cierre de este artículo, sobre el tarjetón definitivo. Sirva este de muestra. Autor: José M. Correa Publicado: 21/09/2017 | 05:25 pm
No lo dijo un periodista ni un propagandista; un militante de izquierda o un amigo solidario. Fue el ex presidente estadounidense Jimmy Carter. Hace unos días, durante una convención en Atlanta, refirió que el sistema electoral de Venezuela es un paradigma.
El fundador y líder del Centro Carter lo señaló exactamente así: «De hecho, de las 92 elecciones que hemos monitoreado, diría que el proceso electoral en Venezuela es el mejor del mundo». Si él lo dice, por algo será.
El argentino Carlos «Chacho» Álvarez, jefe del equipo de acompañamiento electoral de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur), señaló por su parte que «está claro que el sistema es seguro y no puede distorsionar la voluntad popular».
Agregó que en reuniones con voceros de la derechista Mesa de la Unidad (MUD) y demás políticos de la oposición, estos le expresaron «su alta confiabilidad en el sistema».
Las constantes reafirmaciones sobre la transparencia, seguridad y confiabilidad del Consejo Nacional Electoral y su aparataje automatizado de votación han estado dirigidas a ofrecer confianza. Y a «calmar los ánimos» entre algunos sectores de la ultraderecha que amenazan con denunciar un supuesto fraude si la votación —como es previsible— no le es conveniente.
Luego del fracaso de los planes desestabilizadores de la contrarrevolución en la etapa preelectoral, pudieran presentarse hoy por esta tres actos de una misma puesta en escena: primero, cuando avance el día, lanzar desde el exterior, a través de las redes sociales, matrices de opinión sobre una supuesta ventaja de Capriles sobre el presidente Hugo Chávez.
Los principales medios de los poderes hegemónicos globales de inmediato se harían eco de las presuntas encuestas «a boca de urna». La intención sería intentar influir en el electorado local, pero sobre todo allanar el camino ante la opinión pública internacional y mantenerla desinformada sobre la realidad del proceso y, en caso de que sus planes avancen, fraguar acciones en contra de la Revolución Bolivariana en organismos internacionales que dominan.
Tras ese primer acto, según se ha denunciado, a media tarde voceros de la MUD pudieran hacer público un comunicado sobre una victoria definitiva de Radonski. Y por último, cuando el CNE emita su primer y único parte sobre quién ganó —todo apunta a que será Chávez—, cantar fraude.
Es un escenario muy peligroso. Hasta el mismo rector del CNE, Vicente Díaz, abierto opositor y furibundo antichavista, ha dicho: «Aquí no hay ninguna posibilidad de fraude».
Aunque son siete los aspirantes al sillón de Miraflores los que hoy se enfrentan, solo Chávez y Capriles tienen posibilidad. Vicente Díaz dijo sobre ellos: «Estoy seguro que ambos candidatos van a reconocer la victoria de quien gane.
«La opción que pierda reconocerá sus resultados, porque sus técnicos estuvieron ahí, evaluaron el software y sus testigos participaron en el proceso», puntualizó.
En una entrevista con el principal medio audiovisual de la derecha, Globovisión, explicó: «El sistema está blindado todo: las máquinas tienen autonomía, las juntas municipales y los dos centros de totalización».
Tibisay Lucena, presidenta del CNE, es enfática: «El sistema electoral, en todos sus componentes, está blindado, física, lógica y hasta espiritualmente, para evitar cualquier ataque».
Más allá de la infraestructura tecnológica, en todos los colegios electorales habrá testigos de mesa de los partidos litigantes, además de unos 4 000 observadores nacionales y varios cientos de acompañantes internacionales.
El Comando Venezuela, el equipo de campaña del derechista, desplegará 15 000 testigos en los centros de votación.
Para los comicios presidenciales de hoy están convocados
18 903 143 venezolanos. De ellos 100 495 residen en el exterior: podrán ejercer su derecho a sufragio en 304 mesas de votación ubicadas en 126 sedes diplomáticas del país sudamericano.
Dentro del territorio nacional, el voto es completamente automatizado, desde la inscripción en el registro electoral hasta el conteo de votos, lo cual lo hace auditable en todos sus pasos y también más rápido y transparente.
Según ley, los colegios electorales (13 810) estarán abiertos desde las 6:00 de la mañana a las 6:00 de la tarde. Pero no podrán cerrar mientras haya personas en cola. El tiempo de votación, gracias a su soporte informático, oscilará entre un minuto y un minuto y diez segundos.
Durante los casi 14 años de Revolución Bolivariana, y por su concepto de democracia participativa y protagónica, se han efectuado 15 elecciones y referendos. En los anteriores 40 años (1958-1998) se efectuaron apenas 25.
Los comicios serán resguardados por cientos de miles de militares y otros oficiales públicos, en el contexto del Plan República, una figura constitucional concebida para garantizar la tranquilidad del sufragio, mediante la protección de los centros de votación y otros objetivos estratégicos.