Siria desea las mejores relaciones con los estados vecinos, incluido Israel, que sean abiertas, francas, constructivas y basadas en el respeto a la soberanía y la cooperación, afirmó su vicecanciller Faysal Mekdad.
Con 22 millones y medio de habitantes, el 90 por ciento de ellos árabe y el restante armenios y kurdos, y con una extensión territorial de 185 mil 180 kilómetros cuadros, Siria tiene fronteras con cinco países: Israel y Líbano, al sur; Turquía, al oeste; Iraq, al nordeste, y Jordania, al sudeste.
Excepto con Israel, los vínculos con todas esas naciones eran muy buenas, y lo siguen siendo, aunque ahora luego de los últimos acontecimientos las relaciones con Turquía se han deteriorado, señaló el vicecanciller en entrevista con Prensa Latina.
Con Líbano, por ejemplo, explicó que el intercambio con el gobierno es muy fluido; «tenemos programas cooperación y un comercio bilateral muy abundante».
El territorio libanés -aclaró- ha sido utilizado por grupos radicales para introducir armas, equipamiento, dinero e individuos extremistas para pertrechar e integrar las bandas armadas terroristas que afectan localidades sirias.
«Pero lo han hecho a espalda del gobierno, con el que mantenemos planes de colaboración, incluso con sus fuerzas de defensa para detener ese trasiego de armas y dinero para financiar el terrorismo», acotó Mekdad.
De hecho, a mediado de noviembre trascendió en la prensa que el Tribunal Militar Superior en Beirut ordenó el encarcelamiento de individuos de origen sirio, pero con pasaportes sauditas que fueron arrestados por contrabandear pertrechos bélicos hacia este país.
Con Iraq -continuó el vicecanciller- «mantenemos muy buenas relaciones; se amplían los planes de cooperación en diversos campos, y recibimos el apoyo de sus autoridades».
No obstante, advirtió que el territorio iraquí también ha sido utilizado para la introducción de armamento y mercenarios a esta nación, «y en eso está la mano de Estados Unidos», expresó con una expresión de suspicacia en sus ojos.
«Conocemos que las autoridades iraquiés están haciendo esfuerzos por impedir ese movimiento de armamentos y hombres a través de la frontera», señalo el vicecanciller, quien afirmó que las fuerzas de seguridad sirias confiscaron tres cargamentos de pertrechos cuando trataban de introducirlos en el país desde Iraq.
Los gobiernos de Beirut y Bagdad rechazaron las intenciones de la Liga Árabe de aplicar sanciones económicas a Damasco, porque si las impusieran sus economías sufrirían considerablemente debido al amplio intercambio comercial que se desarrolla entre ellos.
Con Jordania, Damasco también mantiene relaciones de buena vecindad, y sabemos que el gobierno de Amán toma medidas para evitar el contrabando de armamento hacia Siria.
Las autoridades sirias tienen evidencia y pruebas que las armas en manos de las bandas terroristas han sido introducidas desde el norte libanés hacia la provincia de Idleb; desde Jordania hacia Daraa; desde Iraq hacia Albookamal, y desde Turquía por Idleb y Jesser Alshooghoor. Por mar también han sido introducidas por Lattakia.
Respecto a Turquía, Mekdad dijo que «es un caso diferente». Hasta ahora Ankara consideraba a Damasco como su aliado, se convirtieron en considerables socios comerciales e incluso ambas naciones tenían un convenio de cooperación estratégica al más alto nivel y llegaron a ejecutar maniobras militares conjuntas.
Pero el gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, quien incluso llamaba al presidente Bashar al-Assad «su gran hermano», de súbito cambió de casaca y se convirtió en la punta de lanza en la hostilidad anti-siria, y rompió los acuerdos y convenios de colaboración que tenía con Damasco, incluido el estratégico a alto nivel.
«La actitud de Turquía resulta grave para las relaciones, y nos hemos visto forzado a tomar medidas para contrarrestar las sanciones dictadas por Ankara», manifestó el vicecanciller Mekdad.