Unos ingeniosos, otros sagaces; algunos simbólicos, muchos esperanzadores... Más allá de la fría información noticiosa, decenas de titulares recorren hoy el continente y el mundo, apresando —cada uno en el espíritu de sus autores—, la visión que queremos construir reporteros y articulistas sobre las jornadas germinales de la CELAC.
Se trata de un momento único al que apenas algunos centenares de colegas tendremos el privilegio histórico de asistir. Aquí les van algunos de los títulos y parte de los textos que más profundamente han sintetizado el momento histórico, otros que nos han gustado y algunos que nos han hecho reír.
•Se está en un Alba y como en los umbrales de una vida luminosa.— La constitución de la Comunidad Latinoamericana y Caribeña marca un hito histórico en el largo proceso de la búsqueda de una unidad salvadora para los pueblos integrantes de Nuestra América, tal como la denominara José Martí. La espada victoriosa y las ideas políticas esclarecidas de Simón Bolívar trataron de conformar, como sueño y realidad, la unión de los países liberados del imperio español, y que por una serie de factores internos y externos al conjunto de nuestros países, solo en este momento preciso, en el Bicentenario de los acontecimientos independentistas fundadores, se concretará este destino mejor. (Wilkie Delgado Correa. www.rebelion.org)
•Territorio de la esperanza. El solo hecho de que 33 jefes de Estado se reúnan en cualquier país del mundo es de por sí un gran acontecimiento. Esto no ocurre frecuentemente. La oposición tiene que ser muy torpe y miope para caer en la mezquindad ridícula de empequeñecer este acontecimiento. Pero lo hacen insistentemente. Están engañados quienes creen que la diversidad ideológica de los Gobiernos del continente atenta contra el éxito de la novel comunidad, todo lo contrario; que líderes de tan variado pensamiento político se hayan puesto de acuerdo para esta trascendente iniciativa de integración, significa que la CELAC goza de una legitimidad incuestionable y una base social ancha como nuestros mares y tierras. (Yldefonso Finol, miembro de la Asamblea Constituyente de 1999 de Venezuela, www.alainet.org.)
•La utopía posible. Bolívar y su visionario pensamiento, proclamaba la necesidad de conformar una comunidad del llamado Nuevo Mundo, sin la presencia tutelada de la emergente potencia del norte y su famosa doctrina imperial de América para los Americanos. (...) 186 años después, el sueño de Bolívar, Miranda, Nariño y otros tantos olvidados de la historia, se ve materializado en esta naciente Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). (Adal Hernández. www.rnv.gov.ve)
•Estamos construyendo el nuevo mundo. Hoy podemos estar orgullosos de nuestros avances. Hablo de nuestra América Latina y el Caribe, que surge con extraordinaria fortaleza para dar un pasito más —decisivo— en el camino de la integración y la unidad, de la naciente soberanía regional, conscientes de que seguramente Estados Unidos quiera sabotear también esta experiencia, como lo hizo con el Congreso Anfictiónico de Panamá. (Aram Aharonian, director de la revista Question, fundador de TELESUR, director del Observatorio Latinoamericano en Comunicación y Democracia)
•Una cumbre para comérsela.— Burritos mexicanos, pabellón criollo o cebiche... Pocos días antes del encuentro presidencial, el centro de Caracas ha sido ocupado por la gastronomía tradicional de los 33 países participantes en la CELAC reunidos en la Estación Gastronómica Internacional organizada por el Ministerio de Alimentación venezolano. (Agencia de prensa EFE)
•El silencio de los corderos. Título a modo de parodia con que este redactor alude a varios reportes de agencias de prensa internacionales (cuyos nombres no quiero mencionar) que no pudieron recabar criterios oficiales de Estados Unidos, Canadá y la OEA sobre la celebración en Caracas de una cumbre independiente de los países de América Latina y el Caribe. (R.T.L.)