NUEVA YORK, marzo 8.— A iniciativa del Reino Unido y Francia, el Consejo de Seguridad de la ONU debatió este martes la posibilidad de imponer una zona de exclusión aérea en Libia, tema que también ocupó las gestiones personales del mandatario estadounidense, Barack Obama, y del premier británico, James Cameron.
Según el secretario adjunto de la ONU, Lynn Pascoe, en la reunión del Consejo se examinaron todas las opciones en función de la situación en Libia. «Estamos en una etapa de reflexión», subrayó el diplomático, citado por AFP.
El despacho agrega que muchos representantes expresaron su escepticismo ante la posibilidad de aprobar un proyecto de resolución que prevea una zona de exclusión aérea en el futuro inmediato.
Por su parte, el presidente estadounidense Barack Obama conversó este martes con el primer ministro británico, David Cameron, y ambos coincidieron en impulsar planes para una serie de «posibles respuestas» a la situación, incluso en el marco de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), según indicó la Casa Blanca.
Entre estas posibilidades, además de la zona de exclusión aérea, se consideran el monitoreo, la supuesta ayuda humanitaria y la implementación del embargo de armas.
Los cancilleres de la Liga Árabe (22 miembros) se reunirán el sábado para discutir, entre otras medidas, la zona de exclusión, a la que es favorable la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), integrada por 57 países musulmanes, indicó AFP.
No obstante, el líder libio Muamar al-Gadafi, en una llamada que hizo al primer ministro griego, Giorgos Papandreou, advirtió que «cualquier ataque» a su país, «tendrá necesariamente repercusiones sobre la seguridad en África del Norte, la zona mediterránea y Europa», según la agencia oficial Jana. «Grecia es un país amigo de Libia y puede transmitir ese consejo a los países de la Unión Europea», agregó el líder libio.
También se supo que diplomáticos estadounidenses, entre ellos el embajador en Libia, Gene Cretz, se reunieron en El Cairo con opositores al gobierno, indicó el vocero del Departamento de Estado, Philip Crowley. Entre los participantes se destacaron los exponentes del Consejo Nacional de Libia para la Transición, un denominado gobierno interino que se autoproclama como representante del pueblo libio.
El primer ministro británico, David Cameron, por su parte, ofreció apoyo a opositores y grupos insurgentes libios, se supo este martes, luego que el diario inglés Daily Mirror informara sobre una carta de Cameron en mano de un agente de MI6 (servicio secreto exterior), capturado el pasado sábado en suelo libio junto a una misión militar secreta y efectivos de fuerzas especiales del Estado europeo.
El jefe del Gobierno británico quería que el documento fuera entregado a los grupos opositores, subraya la fuente.
Mientras, en Yemen, las protestas antigubernamentales se extendieron el martes a regiones del sur del país, hasta ahora consideradas bastiones favorables al presidente Ali Abdulah Saleh, en medio de una fuerte presencia de efectivos policiales antimotines y de soldados y vehículos del ejército.
Al menos 50 personas resultaron heridas por policías y agentes de seguridad vestidos de civil, cuando intentaban evitar que más personas se uniesen a los miles de manifestantes acampados desde hace semanas en frente de la Universidad de Sanaa, reseñó Reuters. En Dhamar, al sur de la capital, alrededor de 10 000 personas se movilizaron exigiendo la renuncia del jefe de Estado, informó PL.