WASHINGTON, septiembre 10.— Pese a la cancelación de la quema del libro sagrado de los musulmanes, el Corán, en una iglesia de Estados Unidos, la intolerancia religiosa en el país está en alza, estiman hoy comentaristas políticos, según PL.
La secretaria norteamericana de Estado, Hillary Clinton, intentó desmarcarse la víspera de esa tendencia, pero los números la desmienten.
Una encuesta del Washington Post/ABC News mostró el jueves que un 49 por ciento de los estadounidenses tiene una opinión desfavorable del Islam, lo cual es el nivel más negativo en estas consultas de opinión desde octubre de 2001.
El asunto alcanzó notoriedad en los últimos días luego que el pastor de una comunidad de Florida, Terry Jones, anunciara su plan de quemar ejemplares del Corán el próximo sábado en ocasión del noveno aniversario de los ataques contra las torres gemelas y el Pentágono en el 2001.
Lo cierto es que después del llamado 11-9, políticos y comentaristas de la derecha estadounidense alimentaron el sentimiento contra los musulmanes y su fe religiosa para justificar acciones como las invasiones contra Afganistán e Iraq.
En los últimos meses, la propuesta de construir un centro musulmán y una mezquita cerca de la zona cero, en Nueva York, dio riendas sueltas a pronunciamientos contra los musulmanes y tal vez, estiman analistas, la acción de Jones es una consecuencia de esto.
Este jueves, Jones dio marcha atrás a su idea y canceló su plan de quemar el Corán en el aniversario de los atentados.
Sin embargo, logró mantener en vilo a sus compatriotas, motivó la atención del presidente estadounidense Barack Obama, de dirigentes internacionales, personalidades religiosas, entre otros, quines criticaron su iniciativa incendiaria.
El anunciado plan provocó airadas reacciones de la comunidad musulmana a nivel internacional y, sobre todo, destapó un tema que pudiera desencadenar serios debates en el país y tener implicaciones en las relaciones de Washington con el mundo musulmán.