Los sabotajes denunciados se producen pocos días antes de las elecciones legislativas en Venezuela. Autor: Yordanka Almaguer Publicado: 21/09/2017 | 05:01 pm
CARACAS.—Cuando el gran embalse de El Guri está aliviando y garantiza la mayor parte de la generación eléctrica de Venezuela, y las grandes inversiones en el sistema van tomando cuerpo en instalaciones y subestaciones que crecen en numerosas ciudades de la geografía bolivariana, extrañas explosiones han ocurrido en los últimos días en diversos puntos del país.
Cuando la severa sequía tensionaba la situación y era obligada la medida de restringir el abastecimiento y se solicitaba a la población la mayor de sus comprensiones para enfrentar la coyuntura e impedir una catástrofe, la oposición se dedicó a divulgar lúgubres vaticinios sobre un país totalmente en tinieblas.
Las cosas no transcurrieron por ese cauce. Llegaron las lluvias que alimentaron la represa a través del río Caroní, y también se fue poniendo en práctica un plan estratégico de construcción de instalaciones energéticas diversificadas. Se revirtió la situación que va camino de una solución con la vista no solo en el presente, sino previendo un futuro de mayor consumo, porque crece la calidad de vida de los venezolanos.
Esto dio al traste con la estratagema opositora que quiso imponer la matriz de opinión de que «la cosa está bien negra y fea y la culpa la tiene Chávez». Cuando las elecciones a la Asamblea Nacional están ya a la vuelta de la esquina, parece que pasan a otro plan para hacer prevalecer el mensaje de incompetencia y caos que quieren insuflar, y con ello dirigir el voto contra los candidatos del PSUV.
La oposición, que no ha querido en ningún momento hacer juramento público de que respetará los resultados del 26 de septiembre, y aun más, en algunos casos lanza convocatorias a acciones de calle y guarimbas si los resultados no son los apetecidos por su obcecación (léase así: «nosotros ganamos y el chavismo salió derrotado»), no se cohíbe a la hora de hacer declaraciones.
Por ejemplo, el candidato al Parlamento Latinoamericano Hermann Escarrá, en entrevista que le hizo el canal opositor Globovisión, amenazó: «Si no se produce la representación esperada, se abrirán caminos distintos al electoral, que es el camino de la protestas, movilizaciones, y de la denuncia continuada que terminará al final en la famosa marcha sin retorno», y con ese término se refiere al pretendido derrocamiento por cualquier medio del presidente Hugo Chávez y la Revolución de pueblo que lidera.
Desde comienzos de septiembre han explotado, se han incendiado, o se han caído líneas de instalación eléctrica en Barbacoa, estado de Anzoátegui, en el estado de Falcón, y en las zonas caraqueñas de Palo Verde y El Junquito, que dejaron también sin energía a las zonas mirandinas de Guarenas y Guatire.
El ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Tareck El Aissami, anunció que el miércoles 8 comenzaba el refuerzo de seguridad para las más de 500 estaciones y subestaciones eléctricas, a fin de garantizar el servicio y evitar posibles sabotajes, y agregó que investigan las recientes irregularidades en el sector, porque hay que garantizar la paz y la tranquilidad ciudadanas.
Corpoelec, la corporación eléctrica, investiga también estos presuntos casos de sabotaje al sector eléctrico, dijo a su vez el ministro para la Energía Eléctrica, Alí Rodríguez Araque, quien explicó que el incremento de la generación térmica satisface plenamente la demanda.
«Se han venido observando ciertas vulnerabilidades en los sistemas de transmisión y distribución; dentro de esa situación hemos venido detectando algunas acciones criminales», dijo Rodríguez Araque, quien anunció que ya había algunas personas detenidas y «se les están haciendo las averiguaciones pertinentes».
No puede olvidarse que a comienzos de julio fue detenido Francisco «el Panzón» Chávez Abarca, ciudadano de origen salvadoreño, brazo derecho y asalariado del terrorista Luis Posada Carriles, cuando llegaba a Venezuela para iniciar con fuerzas contrarrevolucionarias internas —entre ellas Alejandro Peña Esclusa, político de la ultraderecha— un proceso de atentados desestabilizadores con vistas a las elecciones legislativas del 26 de septiembre.
Sería ingenuo pensar que esos dos personajes eran los llaneros solitarios de esta conspiración.
El miércoles, durante la inauguración de la Feria Internacional de Turismo de Venezuela (Fitven 2010), el presidente Hugo Chávez hizo la denuncia con puntos y señales.
«Ahora mismo estamos enfrentando una oleada, yo no tengo duda, de sabotaje en el área eléctrica», cuando la Revolución Bolivariana está en plena batalla electoral, y agregó: «nunca nosotros subestimamos al adversario, porque estamos conscientes de que estamos enfrentando a las fuerzas que vienen, sin duda, de allá, de Washington».
En declaraciones a la prensa, el líder bolivariano dijo que desde Estados Unidos «están financiando con millones de dólares a una oposición que perdió toda dignidad y todo sentido de patria y, además, una fuerza, que es la burguesía nacional, que no tiene parámetros ni códigos éticos de ningún tipo para mentir, agredir y sabotear».
La denuncia presidencial apuntó también que los opositores «van a decir fraude y van a tratar de embochinchar al país y van a tratar de generar violencia».
Como hemos dicho en otras oportunidades, septiembre se caldea a pesar de las frescas temperaturas dejadas por las lluvias que llenan ríos y embalses en todo el país. Frente a ello, el asunto es impedir el desborde de los apetitos golpistas y guarimberos y hacer valer la decisión del verdadero pueblo.