WASHINGTON.— Luego de ganar dos estados que constituían campos de batalla apretados, Ohio (que suministra 20 votos electorales) y Pennsylvania, el candidato demócrata Barack Obama se puso prácticamente sin discusión al frente de la carrera presidencial y a las 11 de la noche, hora del Este, sus seguidores celebraban en el Parque Grant de Chicago, cuando las proyecciones anunciaban que había sobrepasado el mínimo de los 270 votos necesarios para ocupar la Casa Blanca y convertirse en el presidente número 44 de EE.UU.
A las 11:20 de la noche, McCain anunciaba que había llamado a Obama para felicitarlo por haber sido elegido presidente del país. «El pueblo de Estados Unidos ha hablado y ha hablado con claridad», reconoció.
«Esta es una elección histórica y reconozco la especial significación que tiene para los afroestadounidenses», dijo ante unos 2 000 de sus seguidores reunidos en Phoenix, Arizona, a quienes expresó que los estadounidenses tenían que unirse para poner en marcha el país.
La situación económica del país influyó fuertemente en el electorado, pues seis de cada 10 votantes a la salida de las urnas confirmaban que ello había movido su mano a la hora de sufragar.
Otras ventajas adicionales que iba sumando el demócrata eran una contundente victoria en el Senado (donde se renovaba un tercio de los 100 curules, pues las proyecciones cerca de la media noche daban 56 demócratas frente a 40 republicanos), y también en las elecciones por los 435 miembros de la Cámara de Representantes, donde los datos al cierre de esta edición estaban en 218 a 138.
En cuanto a las 11 gobernaciones estaduales en juego, también los resultados, aún no definitivos, apuntaban al mantenimiento del predominio demócrata en los 50 estados.
Obama había ganado en 27 estados con 338 votos electorales: Ohio, Vermont, New Hampshire, Pennsylvania, Illinois, Delaware, Massachussets, Distrito de Columbia (Washington la capital), Maryland, Connecticut, Maine, New Jersey, Michigan, Minnesota, Wisconsin, Iowa, Nueva York, Rhode Island, Hawaii, Oregon y Virginia, la muy disputada Florida, y California, entre otros.
Por su parte, el binomio John McCain-Sarah Palin sumaba a su favor 17 estados con 129 votos electorales. Kentucky, Carolina del Sur, Oklahoma, Tennessee, Arkansas, Alabama, Kansas, Dakota del Norte, Wyoming, Georgia, Louisiana y Virginia Occidental.
De acuerdo con el procedimiento electoral estadounidense, el candidato que obtenga la mayoría de los votos individuales en un estado se alza con todos los votos electorales.
Estas han sido las elecciones presidenciales más costosas en toda la historia de Estados Unidos: 2 400 millones de dólares según el Centro para una Política Responsable.