Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Niños iraquíes sufren humillaciones al igual que los prisioneros adultos

La agencia IRIN alertaba recientemente sobre investigaciones realizadas en algunas cárceles de Iraq, que confirman la existencia de menores de edad encarcelados

Autor:

Yailé Balloqui Bonzón

Se sabía de antemano que la cruzada «democrática» de W. Bush en Iraq estaría acompañada de crueles ejecuciones y mil formas de violencia bárbara. Y no solo me refiero a las sobrecogedoras imágenes, aparecidas hace algunos años, de prisioneros torturados y humillados en Abu Ghraib por miembros del ejército estadounidense, ni de los no menos atroces bombardeos y liquidaciones de poblaciones civiles por los ejércitos de ocupación.

Hablo de una vejación peor que se suma a la larga lista de violaciones provocadas por la intervención norteamericana: los niños encarcelados.

La agencia de noticias IRIN alertaba recientemente sobre el resultado de investigaciones realizadas en algunas cárceles de ese país que confirman la existencia de iraquíes menores de edad encarcelados y que «son tratados como adultos» y sometidos a «abusos y torturas» durante los interrogatorios. Las investigaciones comenzaron luego de que varias familias acudieran a la organización humanitaria Asociación por la Justicia para los Prisioneros (PAJ), buscando ayuda psicológica para sus hijos, que acababan de ser liberados de la cárcel. Se trata en este caso de cinco menores, de entre 13 y 17 años, que fueron detenidos durante operaciones del ejército iraquí en los barrios bagdadíes de Adhamiya, Latifiya, Alawi, Dura y Hay al Adel, y retenidos bajo la acusación de apoyar a la insurgencia. «Los cinco niños mostraban señales de tortura en sus cuerpos. Tres de ellos tenían marcas de cigarros en sus piernas y uno no podía hablar porque las sesiones de choque habían afectado su capacidad para la conversación», declaran.

Torturas y violaciones

Según estipula el Derecho Internacional Humanitario, los niños que han sido detenidos deben permanecer el menor tiempo posible en esa situación y en un lugar especial, separado de los adultos, recibiendo un tratamiento diferente. Pero estos pactos, sabemos, solo sirven para estar archivados en la Casa Blanca, no para ponerlos en práctica ni acatarlos.

Pese a que el Ministerio del Interior del país mesopotámico y el ejército de ocupación niegan estas acusaciones y aseguran que los menores detenidos para su interrogatorio son liberados después de 48 horas, sin sufrir abusos ni torturas, IRIN afirma que los niños permanecen en prisión hasta más de dos años, mezclados con personas mayores.

Altos funcionarios del Interior iraquí dijeron bajo anonimato a IRIN que en cada cárcel iraquí hay, al menos, 220 niños y que todos ellos sufren abusos.

PAJ expuso que cuenta con informantes en las prisiones, pero como se niegan a dar sus nombres, es imposible demostrar adecuadamente los abusos denunciados. IRIN ha pedido permiso para visitar las prisiones en las que se ha denunciado hay menores presos, pero la solicitud, como es lógico, ha sido rechazada.

Jalid Rabiaa, portavoz de PAJ, informó que semanalmente, al menos dos niños y sus padres acuden a sus oficinas en busca de ayuda. «Esto no es un juego político; son pequeños y hay que respetar sus derechos», y «están tratando de ocultar la realidad, pero la verdad es que están ahí y necesitan ayuda especial antes y después de su liberación».

Estos y otros relatos de sangre, terror y muerte nos enfrentan a la brutalidad de que la ocupación en Iraq está lacerando el futuro de esa nación.

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