Amigos del ecuatoriano Carlos Palate lloran su muerte en el atentado de Barajas. Foto: AP MADRID.— El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo este sábado que tras el atentado atribuido al grupo armado ETA en el aeropuerto de Barajas, el 30 de diciembre pasado, el diálogo y el proceso de paz en el País Vasco «han llegado a su punto y final».
Según DPA, en una conversación informal con periodistas durante la Pascua Militar en Madrid, Zapatero destacó que pese a ello no cesará en su empeño por acabar con la violencia, al tiempo que negó que el Ejecutivo haya cometido errores ante el ataque de ETA de hace una semana.
«No hay ningún aspecto que permita decir que ha habido algún error», afirmó en respuesta al debate por las palabras de José Blanco, secretario de Organización y Coordinación de su formación, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
El viernes, Blanco había señalado que evidentemente hubo un problema de «interlocución», pues las informaciones con las que contaba el gobierno no se correspondían con las verdaderas intenciones de ETA.
Zapatero ha sido criticado además por la oposición derechista del Partido Popular (PP), porque después del atentado habló de «suspender» el proceso de paz, lo que se interpretó como que la puerta quedaba abierta.
Por eso, el presidente del gobierno subrayó que las negociaciones han llegado «a su punto y final», y respecto a la posibilidad de abrir en el futuro otro diálogo, respondió que ese es un debate «para otro momento».
Zapatero, apuntó EFE, se explicará ante el Parlamento dentro de unos diez días sobre el espinoso tema, tras una serie de consultas que su ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, llevará a cabo con los jefes de los grupos parlamentarios para intentar elaborar una nueva «estrategia común» frente a ETA.
Entretanto, varios miles de personas se concentraron en la ciudad vasca de San Sebastián, en una manifestación de apoyo a los presos de ETA, que había sido prohibida el viernes por la Audiencia Nacional española.
La Erzaintza (policía local) prohibió el acceso de los manifestantes al Velódromo de Anoeta, donde estaba previsto el acto. Varias dotaciones de agentes acordonaron el sitio, mientras que un helicóptero sobrevolaba la zona para impedir la celebración de la convocatoria.
Un grupo de policías antidisturbios cortó el paso a los manifestantes, que profirieron insultos contra ellos, corearon lemas como «La lucha es el camino» y lanzaron botellas contra los agentes.