Foto: Calixto N. Llanes El joven libanés Firas Masri acaba de graduarse como ingeniero informático en Cuba, y quería viajar a su país cuanto antes. La bárbara agresión sionista, que causó tantos destrozos, le ha hecho postergar su deseo. Y sin embargo, no ha quedado de brazos cruzados.
«He estado informando a nuestros compañeros aquí, divulgando los hechos de la masacre contra el pueblo libanés, y al mismo tiempo hablando sobre las acciones de la resistencia, pues la propaganda mundial siempre trata de reflejar las acciones israelíes, y no así las de los patriotas que les hacen frente».
Firas es representante de la Juventud Comunista Libanesa en Cuba. Su padre también es comunista, y por ello, junto con otros miembros del Partido, continuó resistiendo en el sur libanés hasta el último día de la agresión.
«Soy de Ansar, una pequeña localidad de la provincia de Nabatiyeh, a unos 40 kilómetros de la frontera con Israel, pero resido en la capital. Tenía tres años cuando la invasión del 82, y he vivido toda la guerra civil libanesa.
«Mi familia está bien. Resistió en el sur hasta los últimos días, y mi padre sí se quedó hasta el final. Los israelíes no llegaron a entrar en la ciudad, pero la bombardearon».
—¿Cuál fue el papel de la juventud comunista libanesa durante la invasión?
—De apoyo completo a la resistencia. La tradición de nuestra formación ha sido antiimperialista y antisionista, y en el 82 estuvimos en la vanguardia del frente popular contra la agresión israelí.
«Después del derrumbe del campo socialista, cambiaron las condiciones y Hizbolá tomó la dirección principal de la resistencia. Ahora bien, en el Líbano hay divisiones. Un grupo denominado 14 de Marzo, ha propuesto desarmar a la resistencia. Antes de la guerra, decían que no hacía falta armamento porque los israelíes se habían retirado del sur en el 2000.
«Pero los patriotas insisten en no confiar, pues los israelíes ambicionan ocupar desde el Mar Rojo hasta el Éufrates, y en cualquier momento pueden invadirnos. Y lo demostraron. No quieren vivir en paz con los árabes.
«Nosotros creemos que la resistencia debe seguir preparándose, armándose. La apoyamos completamente, pues aunque Hizbolá es un partido religioso y nosotros somos marxistas-leninistas, al final la soberanía de la nación está por encima de cualquier división ideológica».
—¿Has conocido de jóvenes de tu organización que hayan tenido oportunidad de tomar las armas?
—Sí, hasta el último día tuvimos ocho mártires, que cayeron combatiendo al enemigo. No en la misma forma que Hizbolá, que está más organizado militarmente, pero nuestros camaradas apoyaron la resistencia y enfrentaron a los agresores.
—¿Qué opinas de la presente situación de tregua?
—El alto el fuego es una derrota para Israel. Incluso ya se habla de problemas internos allí, de comisiones de investigación para dilucidar los fallos militares. No lograron sus objetivos, aunque claro, con apoyo de EE.UU. impusieron un cese el fuego a su forma. Pero no alcanzaron el desarme de Hizbolá, ni la eliminación de sus cohetes. Políticamente la resolución 1701 no fue justa para nosotros, pero la celebramos, pues en un mundo manipulado por EE.UU. es lo máximo que se pudo hacer.
—Casi inmediatamente después del inicio de la agresión israelí, la UJC emitió una declaración de respaldo a los pueblos de Palestina y el Líbano…
—Cuba y su juventud comunista nos han apoyado en todas las condiciones. Su actitud ha sido siempre de condena al imperialismo y el sionismo. Tenemos plena confianza en ella por su posición a favor del Tercer Mundo y de lo mejor de la causa palestina y libanesa. Aquí nos sentimos en casa. De hecho, el primer gobierno que condenó la agresión israelí fue el de Cuba.
«Hoy, la concepción de que un mundo mejor es posible cobra fuerza. El Líbano demostró que la voluntad de un pueblo puede lograr mucho. Para el mundo árabe, el ejército israelí era invencible, sin embargo se vio que una resistencia con patriotismo logró derrotar ese poderío militar, que es apoyado económica y tecnológicamente por EE.UU. También el pueblo cubano resiste por más de 40 años en las mismas narices del imperio, y de ustedes aprendemos la unidad que necesitamos para lograr triunfos mayores.
«Por ello, enviamos un saludo y un reconocimiento a la Revolución Cubana, y a nombre de los estudiantes y los comunistas libaneses expreso nuestro deseo de una pronta recuperación del Comandante.
«Y muy importante: nuestra gratitud a la Revolución Bolivariana de Venezuela, por la decisión del presidente Chávez de retirar a su embajador en Israel por los crímenes cometidos en Qana y otros lugares del Líbano. Otros mandatarios árabes no han tomado esa decisión, pero sí lo ha hecho un revolucionario latinoamericano».