Los espermatozoides son las únicas células humanas que pueden desplazarse por autolocomoción, incluso fuera del cuerpo, pero viven un tiempo relativamente corto. El ciclo de maduración demora entre los testículos y los conductos deferentes unos 40 días y si no han salido se reabsorben por el organismo.
Una vez en el exterior dependen del medio en que se depositan. En el suelo, la ropa o las sábanas perecen en pocos minutos, cuando el semen se diluye y seca. Pueden durar horas si caen en sitios húmedos y cálidos, pero no son viables para fecundar porque ya están dispersos.
Al derramar semen sobre la piel esta lo absorbe en un minuto. En el ano, la boca y la garganta las mucosas se encargan de procesarlos en breve tiempo, y en el tracto digestivo no sobreviven por la acidez extrema del ambiente.
En el interior de la vagina duran poco por su ph ácido o porque son expulsados cuando se diluye el semen. Pero si entran al útero pueden vivir hasta cinco días, en los cuales esperan al óvulo, si la fecha es propicia, o se adentran por las trompas de Falopio en su búsqueda para fecundarlo.