Asexual es una manera de nombrar cierta falta de deseos o intereses eróticos con la renuncia a incursionar en esta área
M.R.: Mi niña de 15 años me dice que es asexual. Me quedé sorprendida cuando me explicó que no se interesa para nada en el sexo, que eso no es para ella. Hace un tiempo se viste ancho, como si quisiera evitar que la miren. Es posible que se acompleje porque está un poquito gruesa, aunque a mí me parece muy linda y femenina. ¿Cómo ayudarla?
La mejor ayuda ahora será acompañarla en el difícil proceso de crecer como ser sexuado. Cada uno encuentra su solución, aunque puede necesitar tiempo. Por ahora, nombrándose asexual ella, con usted y un profesional (si fuera preciso), podrá comprender la función que este nombramiento cumple hoy, advertida de que no tendría que ser para siempre.
La sociedad, a través de internet, ofrece recursos para encontrar modos de actuar ante lo incomprensible, y a veces insoportable, de la sexualidad que despierta. Asexual es una manera de nombrar cierta falta de deseos o intereses eróticos con la renuncia a incursionar en esta área. Muchas de estas personas subliman estos intereses en otras actividades que les resultan apasionantes.
El cuerpo del infante de repente palpita con sensaciones difíciles de comprender. Aparecen las formas, aunque no se sepa qué significa eso. Sorprende la inquietud, desasosiego o ganas de algo más ante determinadas personas. A lo anterior se suma la relación con grupos en los que se reciben señales de aceptación o rechazo y el empuje a actuar de uno u otro modo. ¿Qué hacer con un cuerpo excitado o deseante? ¿Cómo proyectarse hombre o mujer? ¿Qué lazo establecer con quienes despiertan deseos o amor, o no despiertan aún nada?
No todos los autonombrados asexuales tienen la misma necesidad de dicho nombre. Por eso lo mejor será conversar con su hija para ayudarla a discernir cuál es su relación con la sexualidad, que ahora necesita negar con esa a de prefijo.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología clínica