L.A.: Hace dos años me atrae un muchacho que no me corresponde. En varias ocasiones he intentado acercarme a él, no solo como amiga sino como algo más, pero él no me hace caso. Siempre que lo veo trato de estar lo más arreglada posible, pero sin resultado. Ya estoy por pensar que lo que siento por él es pura obsesión. Creo que lo mejor es olvidarme de él. Lo intenté, pero no consigo sacármelo de la cabeza. Por eso quiero que usted me aconseje acerca de esta situación y saber qué puedo hacer al respecto. Sé que soy muy joven para esto, pues acabo de cumplir 15 años; él tiene 15 igual.
Desencuentros como este acontecen. Pero la vida también da lugar para buenos encuentros amorosos, a partir de los cuales se pueden tejer lazos de pareja. Del mismo modo que él no tiene que hacer nada para atraerte, existirán quienes te elijan sin tanto esfuerzo de tu parte.
No todo es posible, pero de todo se puede extraer un saber de uno mismo. Ya está en tu cabeza la representación de lo que te atrae. Si te detienes en los recuerdos de él, podrías percatarte de que te tienen atraída y atrapada determinados detalles de él que pueden ser su sonrisa, modo de mirar, tono de la voz u otros. Esos detalles guiarán tu búsqueda futura, porque marcan lo que te gusta. Detalles que afortunadamente podrás encontrar en muchos más, aunque sigas siendo tan selectiva como hoy.
A veces las «obsesiones» permiten distraer nuestra atención, con problemas más fáciles de soportar que otros en nuestra vida. En ese punto, cabría preguntarse si existe algo peor que evitas tener en tu cabeza. Mientras así sea, permanecerá contigo.
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