Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

R. Llevamos cuatro años juntos y nuestra relación se está volviendo monótona. A veces él no me trata como su novia. No sé si es verdad que con el tiempo el amor se pierde; la cuestión es que yo lo amo como el primer día. Estamos discutiendo mucho por boberías y mis celos se han vuelto excesivos, llegando al punto de desconfiar de él. Lo estoy asfixiando y lo perderé. No sé cómo controlarme, aunque a veces intente no mostrarme celosa. Yo lo quiero mucho y no quiero terminar lo nuestro. Tengo 20 años y mi novio 25.

Con independencia de lo que sienta él, estás percibiendo que algo falta. Por tus celos pudiéramos inferir que extrañas su deseo hacia ti y supones que lo está ubicando en otra. Paradójicamente lo asfixias, obstruyendo la posibilidad de que él desee tu compañía.

Desde la posición femenina suele ser importante sentirse deseada y única para su compañero. Devenir elección de su deseo, encarnar su fantasía resulta vital para nosotras. Escuchar de él la palabra de amor aviva esa satisfacción.

Cuando algo de esto falla, en especial si se ama, puede abrirse un abismo ante los pies, desatar los celos más locos y el inquietante desasosiego de la brújula perdida. ¿Qué quiere? ¿Quién soy? ¿Si no es conmigo, con quién? ¿Cómo podría ser más lo que él desea? Preguntas como estas suelen responderse según las fantasías, historia y traumas personales.

Quizá valga identificar eso que te falta y has perdido hasta el punto de experimentar tu relación como monótona. Las parejas cambian con el tiempo, pero algo del goce inicial suele mantenerse. No dudes en buscar ayuda sicológica para esclarecer tu sitio en la relación.