I.N.: Tengo una novia muy bonita e inteligente. Mi vida sexual era muy rica. Con solo mirarla me excitaba y mi erección permanecía varios minutos después de eyacular. Durante la tesis tuve que viajar y la veía los fines de semana. Las primeras veces todo fue con una intensidad que ni yo mismo imaginaba. Luego de un viaje sofocante y con un estado gripal fuerte mi pene perdió erección casi inmediatamente después de eyacular. Hicimos el amor satisfactoriamente, pero no sé cuánto más aguante mi novia así. Temo que piense que estoy con otra o que ya no me gusta.
Lo que te ha sucedido no tiene que trascender, pero podría suceder si sigues considerándolo un gran problema. De hecho planteas razones que justificarían el cambio, si te convenciesen. Tu duda revela lo que es para ti verdaderamente enigmático en la relación: ¿Qué quiere ella? ¿Qué puedes darle? ¿En qué puede confiar? Lo más preocupante es la interpretación que ella pueda construir de este cambio; por eso asumo que un primer análisis sería sobre la confianza en el otro y en sí mismo.
Tal vez sientes el problema mayor por tu inseguridad con ella. Quizá crees que la unión depende de tu imagen fálica y podría suceder que no halles otros modos de mostrarle cuánto te importa. Valora si en verdad algo ha cambiado emocionalmente en ti. Es esencial determinar si ella de verdad necesita esos minutos extras de erección, y encontrar otros caminos al placer si lo creen necesario. Aprovecha el cambio para avanzar en la intimidad subjetiva. Sus cuerpos han servido para compenetrarse, pero es posible pasar a otro nivel. ¿Se atreverán?