La feria El sexo pega con todo colmó el patio de la sede de Juventud Rebelde para festejar el 25 aniversario de Sexo Sentido
El pasado 15 de mayo, Día internacional de las Familias, y en plena jornada contra la homofobia y la transfobia, el patio de la nueva sede de Juventud Rebelde se llenó de colores, música, risas, números, olores y formas para celebrar los 25 años de esta página en una feria que nombramos El sexo pega con todo.
Si eres de las personas que no ve a la sociedad cubana «preparada» para asimilar cambios en la manera de abordar públicamente la sexualidad, te invito a repasar las imágenes de este encuentro: apenas un botón de muestra de lo alcanzado por Sexo Sentido en este cuarto de siglo, gracias al trabajo mancomunado con instituciones, redes y personalidades comprometidas con una educación integral del tema en todas las etapas de la vida, con énfasis en la felicidad, la dignidad, el mejoramiento humano y la responsabilidad como valores universales.
Siempre podemos explicar en abstracto por qué la sexualidad lleva una mirada holística, o mencionar sus pilares, ejes y manifestaciones, pero es más provechoso enamorar nuestros sentidos a través de las artes, la ciencia, el vestuario, el autocuidado, la alimentación, el juego…
Reunir a todas las personas involucradas en la evolución de este espacio sería imposible, aunque me atrevo a asegurar que la capacidad de convocatoria mostrada el pasado jueves sorprendió a muchos, ¡y para bien!
De desafiar tabúes con una página semanal en un diario nacional a construir alianzas en una compleja plataforma multimediática y de educación popular, el salto ha sido grande. Pero nos queda mucho por aprender y ofrecer, y sobre todo por agradecer al público general y especialistas, cuyos criterios nos privilegian e invitan a crecer.
Por cierto, este aniversario 25 no es solo un par de coordenadas en el tiempo: espérennos a lo largo del año en varios puntos del país y súmense a estas oportunidades para vivenciar y reflexionar sobre sexo, para aceptar a otros y (sobre todo) aceptarte como seres sexuados en permanente evolución.
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