Los efectos del calor en las computadoras pueden verse multiplicados si se hace un inadecuado uso de ellas o se trabaja en un ambiente hostil para su funcionamiento
Con la llegada del verano es muy común que comiencen a fallar los equipos electrónicos, especialmente los más sensibles, por una combinación de sobreuso, exceso de calor ambiental y problemas eléctricos.
Los llamados «golpes de calor» son especialmente agresivos con las computadoras, pues elementos como el microprocesador, la fuente de alimentación y los discos, generan por sí mismos altas temperaturas, que se combinan de forma letal con las ya existentes en el ambiente.
Aunque las máquinas tienen sus propios ventiladores para disipar sus «sudores», muy pocas veces nos percatamos de cuánto las está golpeando el termómetro, algo que es perceptible en forma de ruidos extraños o simplemente a través del tacto.
Lo peor de todo es que junto a los sofocones que sufren los ordenadores, en climas tropicales como el nuestro es común que también se acumulen en ellos suciedad y humedad, factores que, combinados, se convierten en un cáncer mortal para los equipos.
¿Qué hacer para minimizar los efectos del calor en las computadoras? Aunque la respuesta más evidente es lograr una adecuada ventilación dentro de ella y en el ambiente de trabajo, existen otras medidas que también pueden ayudarnos.
Algo tan simple como abrir una computadora y eliminar el polvo dentro de ellas, quitar las partículas adheridas a ventiladores y ranuras por donde circula el aire, u organizar los cables para facilitar que se disipe más fácilmente el calor, a pesar de ser acciones sencillas, son poco aplicadas por los usuarios.
En el caso de las entidades estatales, el mayor escollo lo constituyen, posiblemente, las medidas adoptadas para garantizar la seguridad de los equipos, especialmente su inviolabilidad, lo que implica que esté prohibido abrirlos sin autorización expresa, la que en no pocas ocasiones tiene que venir «de arriba».
A eso se une que los planes de mantenimiento, cuando existen, se cumplen con poca rigurosidad, o que no se adquieren los medios adecuados de limpieza, léase aspiradoras, spray específicos, pinceles de cerdas finas, gamuzas y otros.
Incluso algo tan sencillo de limpiar como el teclado o el ratón de computadora, que no requieren de grandes conocimientos o de autorizaciones para ser abiertos, muchas veces son tirados al abandono, por desidia y por la costumbre de comer, beber y hasta fumar encima de ellos.
Otras veces el equipamiento adquirido tampoco es el más adecuado, por el desconocimiento de su uso, como sucede, por ejemplo, con las aspiradoras, que producen mucha estática y hasta pueden dañar algún componente electrónico si se produce una chispa. Por eso se recomienda aprovechar mejor una que tire aire en lugar de absorberlo.
Hay que tener especial atención también con las características técnicas de las computadoras, especialmente la placa de video, cantidad de memoria y los discos duros que posee, todos ellos elementos que pueden hacer más o menos caluroso el funcionamiento, en dependencia del uso que se les dé.
En estos meses de vacaciones, por ejemplo, es habitual que los niños y jóvenes se adueñen de las computadoras, utilizándolas durante largas horas para jugar o ver películas, acciones que requieren muchos recursos de ellas y, por ende, tienden a sobrecargar los circuitos y recalentarlos, provocando fallas en su trabajo.
Si no dispone de un lugar climatizado, revise primero que la máquina no esté «encerrada» en una esquina donde circule poco aire, o de lo contrario airee los espacios usando un ventilador enfocado directamente, y de ser necesario, abra una de las bandejas de la carcasa para que se refresque por dentro.
Tenga en cuenta que cuando se juega o se ve video, no conviene tener abiertos otros programas, para no sobrecargar al sistema, y recuerde que los programas de distracción que se instalen deben ser compatibles con las prestaciones del equipo.
Según el llamado efecto Joule, que permite medir la temperatura generada por los dispositivos eléctricos, el calor que emite un conductor es directamente proporcional al cuadrado de la intensidad de la corriente que circula por él multiplicado por la resistencia y el tiempo que circula la corriente.
Es por ello que mientras mayor sea el sobreuso de los dispositivos, tanto más aumentará el calor emitido por estos, lo que a la postre puede provocar efectos tan devastadores como que se rompa una de las microscópicas soldaduras de una placa o del chipset, quedando inhabilitado el equipo.
Tampoco es superfluo recordar que con las largas horas delante de la computadora, especialmente si de niños se trata, vienen también las meriendas, refrescos y otras chucherías, enemigos declarados de los teclados, pantallas y portátiles.
Cubra el teclado con algún nylon, establezca reglas sobre comer o beber delante de la computadora... y levántese para fumar lejos de ella.
Además de contener un alto número de componentes químicos dañinos para los circuitos, el humo de los cigarrillos se dispersa con facilidad, al igual que las cenizas cuando existen ventiladores cerca, y es aspirado por los de la máquina hacia su interior.
Además, casi siempre ese desecho funciona, combinado con la humedad, como una especie de mugre que ayuda a «pegar» más suciedad a los componentes y termina convirtiéndose en un oxidante letal.
No por gusto se dice que fumar mata. Incluso a una computadora. Los «pulmones» de una máquina también merecen estar libres de humo.
Uno de los enemigos más invisibles pero mortales de los equipos computacionales en el verano son las transientes eléctricas, picos en los voltajes que se producen por sobrecarga en la red.
Estos fenómenos son típicos cuando regresa la electricidad tras un «apagón», o cuando caen rayos cercanos cuyas descargas pueden viajar por los cables y afectar los equipos que estén conectados a distancias cortas y medianas.
Aunque no suceda lo anterior, los vaivenes del voltaje, típicos de las redes eléctricas sobrecargadas en esta época de calores vacacionales, también contribuyen a que los circuitos sufran mucho, por lo cual más que nunca es recomendable el uso de UPS y reguladores de voltaje.
Otro punto a tomar en cuenta cuando hablamos de calor es el calentamiento súbito de los monitores. Ese fenómeno, que puede presentarse incluso en los modernos monitores LCD, se agudiza cuando las pantallas están colocadas de frente a la luz del sol o en las habitaciones excesivamente iluminadas, donde para ver mejor se aumenta el brillo y contraste y, por ende, también aumenta el desgaste.
Se trata, en resumen, de lograr refrescar y sanear en todos los sentidos el ambiente de trabajo con los equipos computacionales, mucho más si son portátiles, aunque estos por sus especificidades, bien requieren un artículo aparte.