Esto sucede básicamente porque el autocontrol se «alimenta» de la glucosa en la sangre, y cuando esta energía se agota, provoca una disminución de esa capacidad
Tener bajos niveles de azúcar en la sangre puede provocar un aumento en el nivel de agresividad durante las discusiones, especialmente entre las parejas, según expone el sitio Muy Interesante a partir de un estudio de las universidades de Ohio (EE.UU.) y Ámsterdam (Holanda).
La investigación fue publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences y contó con la participación de 107 parejas casadas, a cuyos integrantes se les midió durante 21 días consecutivos los niveles de glucosa en sangre dos veces al día. Tras este período, los investigadores comprobaron que las personas con menores niveles de azúcar habían tenido más estallidos de ira hacia su respectiva pareja.
Esto sucede básicamente porque el autocontrol se «alimenta» de la glucosa en la sangre, y cuando esta energía se agota, provoca una disminución de esa capacidad.
El ayuno prolongado puede venir acompañado de mareo y malestar, algo que comúnmente describimos como «un bajón de azúcar» y puede dejarse atrás si se toma algún alimento o bebida dulce.
Cuando tenemos hambre el cuerpo se pone en marcha para autoalimentarse. Esto ocasiona que utilice reservas energéticas (glucógeno) y como consecuencia descienda el nivel de glucosa en sangre.
De ahí el típico enfado y mal humor tan común en muchas personas con hambre, estado de ánimo que padecen más los niños, cuyas reservas son menores.
La serotonina es otro elemento que puede provocar enojo con más facilidad al estar hambrientos. La caída de sus niveles en el organismo puede causar nuestra irritación.
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