A diferencia de la mayoría de los best sellers, en que todo acaba bien, la escritora brasileña Ro Mierling decidió mostrar cómo la realidad de muchas mujeres está lejos de alcanzar un final feliz. Bajo ese presupuesto escribió Diario de una esclava-Una historia cruel, con la que en las últimas semanas ha logrado sensibilizar a una parte de los lectores de su país que han accedido a esta novela por vía electrónica. La autora refleja la historia de Laura, joven de 15 años de edad secuestrada para ser explotada como esclava sexual. La trama, afirmó Ro, está basada en hechos reales y confrontada con estudios psicosociológicos sobre el tema.
Una rápida lectura de Espectros de Nueva York, novela del costarricense José Ricardo Chaves, apuntaría a que se trata de una biografía novelada sobre la legendaria Helena Blavatsky y la fundación de la Sociedad Teosófica. Sin embargo, Chaves va más allá al incursionar en un fascinante mundo real y ficcional, donde, casi de manera lúdica, sus dos personajes protagónicos, un joven narrador y Blavatsky, forjan, de modo independiente, una estructura narrativa y un tejido de situaciones, que combina verdad y ficción, credulidad y escepticismo.
El barcelonés Víctor del Árbol se alzó en España, a inicios de 2016, con el 72 Premio Nadal de Novela, con la obra La víspera de casi todo. «He intentado plasmar —dijo el autor— un universo en el que todo es posible en un pueblo de la costa gallega en el tiempo que va del ocaso al alba. Es la historia de gente que no se resigna y que está dispuesta a cambiar. Vidas que son como árboles que tienen raíces en el agua».
El ganador del Premio Goncourt 2015, el francés Mathias Enard, aspira a que su obra Boussole conquiste al público hispanoamericano tanto como lo hizo en 2009 cuando dio a conocer en lengua española su novela Calle de los ladrones. La narración que le ha valido el Goncourt cuenta la historia de una cofradía de orientalistas que viven entre Viena y Estambul.
La publicación, por primera vez en castellano, de La aldea en la jungla, del inglés Leonard Woolf, hace justicia tardía, un siglo después, a un espléndido novelista, por más que el hecho de ser el marido de Virginia Woolf le relegase a un papel secundario. La novela presenta a una familia que, a comienzos de la pasada centuria, en el Ceilán (Sri Lanka) colonizado por el imperio británico, se enfrenta en una minúscula aldea, eternamente acosada por el avance de la selva, a una desesperada y primaria lucha por la vida, contra el hambre, la superstición, la insolidaridad, los prejuicios machistas y de casta de sus propios vecinos, los abusos de un poder a escala de ese microcosmos, pero demoledor y que, llegado el caso, no duda en recurrir para perpetrar sus tropelías al aparato ciego y remoto de la justicia colonial.
Lauren Beukes, autora sudafricana alabada por escritores como Stephen King o James Ellroy, desafía el género policiaco con Monstruos rotos, creando una obra sin precedentes. Su nueva novela es un thriller sobre ciudades, sueños y personas rotas que buscan recomponerse. En Detroit, una ciudad embargada, desahuciada, un asesino en serie pretende redimir sus frustraciones artísticas a través del horror. La detective de homicidios Gabriella Versado ha visto muchos cadáveres a lo largo de sus ocho años de carrera, pero este es demasiado macabro incluso para sus estándares. A medida que la policía va hallando cadáveres cada vez más inquietantes, surge una pregunta: ¿cómo se puede sobrevivir en esa ciudad, escombrera del sueño americano? Beukes (Johanesburgo, 1976) es autora de Las luminosas, texto aclamado por la crítica internacional sobre un asesino en serie que viaja en el tiempo; Zoo City, novela negra fantasmagórica que se desarrolla en Johanesburgo, ganadora del premio Arthur C. Clarke en 2011, y el neo-thriller político Moxyland.
Con Julio Cortázar. El cronopio fugitivo, el español Miguel Dalmau impacta con una monumental biografía sobre el autor de Rayuela, una hoja de ruta narrada al ritmo seductor de una novela, que repara y repone algunas “distorsiones” creadas en torno a su figura, al tiempo que indaga en el “lado oscuro” del escritor porque. Dalmau (Barcelona, 1957), llegó a Cortázar por su padre, un gran lector del cuentista argentino, como él mismo lo describe. Y al igual que su progenitor, lo leyó y se apasionó y hasta le mandó una carta, a la que Cortázar respondió con una “carta-cuento”; también se encontraron en Barcelona y ahora, por lo menos Dalmau, lo hace en esta biografía. “Quizá yo sea escritor a causa de todo eso”, reveló a la prensa boanerense.