Creada en 2007, esta colección cuenta con 47 títulos de autores internacionales y nacionales, fallecidos y contemporáneos, emblemáticos y noveles
Mi primer encuentro físico con la colección Ámbar fue en el año 2012, cuando de manera inesperada fui convidado, en calidad de autor, a una presentación literaria en la librería Fayad Jamís. El motivo no era otro que la difusión de los títulos que vieran la luz durante la Feria del Libro de ese año, pertenecientes a ese sello. Sin siquiera saber cómo, me vi entonces catapultado hacia el panel donde tuve la ocasión de agradecer, por primera vez, la labor de la Editorial Gente Nueva y la oportunidad que nos daba a los jóvenes, y desconocidos, autores de la fantasía y la ciencia ficción de publicar en sus páginas.
Hoy, ya pasados los años, con dos libros de mi autoría en el catálogo editorial y un tercero por salir, habiendo ganado el Premio Pinos Nuevos y el Calendario de ciencia ficción, aún sigo sintiéndome un novel en el panorama literario, lo cual siempre me hace recordar con cariño la evaluación de mi primera novela por la editora Gretel Ávila y posteriormente, la hogareña acogida que Enrique Pérez Díaz nos otorgó, distinguiéndonos como «autores de la editorial». Y es que resulta, para mí y para muchos otros, un sueño materializado en papel, una cúspide rematada por el éxito, un despertar en el selecto mundo de la preferencia del público.
¿Quién nos diría, a mediados de la década pasada, que los autores del fantástico poseeríamos una oportunidad semejante? En aquellos momentos, ¿quién podría apostar por una minoría, infravalorada y subestimada en cada sección literaria del país? Solo Gente Nueva y Ámbar fueron capaces de dar ese paso vital y, claro está, recoger glorias, laureles, alabanzas.
Por otro lado, la epopeya de esta colección es digna de un estudio sobre la progresiva apertura editorial a los subgéneros de la fantasía y la ciencia ficción. Tengamos en cuenta que Ámbar cuenta con el antecedente histórico de Suspenso, una colección dedicada a los géneros policiaco y de ciencia ficción que publicó no pocos volúmenes desde 1977 hasta finales de los 80. Es sobre los hombros de este gigante que 30 años después surge la idea de crear una nueva colección temática que enarbolara las banderas caídas de Suspenso juntas ahora con las del fantástico para placer del público juvenil. El 2007 marcará el nacimiento de Ámbar, recogiendo en estos tímidos ocho años un conteo de 47 títulos de autores internacionales y nacionales, fallecidos y contemporáneos, emblemáticos y noveles.
Entre los libros más representativos de los foráneos tenemos El pantano de la luna, selección de cuentos de Howard P. Lovecraft; la trilogía del Ciclo de la Tierra, del español Jordi Sierra i Fabra; tres títulos del afamado Robert E. Howard; La casa a oscuras y La mano sin cuerpo, dos historias de continuidad bajo autoría del mexicano Fernando Vega Villasante; Ojos de lagarto, del también mexicano Bef, y otros muchos.
Como es de suponer, el patio no ha sido excluido del catálogo de la colección desde sus inicios. Sin embargo, es digno de subrayar el año 2011, cuando llegan a las manos del público lector dos antologías, hoy ya legendarias: Axis Mundi y En sus marcas, listos… ¡Futuro! Destinada la primera a la fantasía épica, y la otra a la ciencia ficción deportiva, tuvieron ambas una aceptación inusitada para el estándar de aquel momento. En consecuencia, puertas infranqueables empezaron a abrirse y los autores que tuvimos la satisfacción de aparecer en aquellas páginas somos los que en la actualidad integramos el grupo de los primeros nacidos y los que libro a libro continuamos creando una base firme e histórica para los géneros fantásticos hechos en casa. Imposible dejar de mencionar en estas líneas a algunos de ellos: Yoss; la multilaureada Elaine Vilar Madruga; Michel Encinosa Fú; Jesús Minsal y más, muchos más.
Es un hecho indiscutible que Ámbar se ha ganado con creces un lugar especial en la preferencia de los lectores; no obstante, existen otros derivados de la labor de la colección, nuevas oportunidades, que poco a poco fueron desbordándose de los límites editoriales. Uno de estos es, sin duda alguna, el taller literario Espacio abierto, concebido como lugar de referencia para autores de la fantasía y la ciencia ficción. La correlación mutua era inevitable. Espacio abierto y Ámbar puede decirse que son como la semilla a la tierra, intrínsecos. En uno se gestan autores, en el otro nacen escritores.
Silencioso, discreto, así es el Fandom cubano. Este término anglosajón deriva de la fusión de las palabras fanatic kingdom (reino de los fanáticos) y acoge a todos aquellos que profesan una especial devoción por el arte fantástico en cualquiera de sus variantes. Gracias a Ámbar en 2013, y al cúmulo de libros que había ido poniendo en manos de su público, el Fandom de la Isla tiene por primera vez la oportunidad de premiar a los autores nacionales con un galardón indígena (así mismo, indígena, pues esta palabra pocas veces ha sido tan bien utilizada). Nace así el Premio Juracán, auspiciado por el Proyecto Dialfa-Hermes, para la mejor novela y el mejor libro de cuentos de estos géneros escogidos por votación del público. Y tras esta larga introducción es que les presento otro de los derivados de la labor de Ámbar, pues los galardonados de la primera convocatoria de este premio fueron Guerra de dragones, en novela, e Hijos de Korad, en cuentos, ambos pertenecientes a la colección.
Por otro lado, la colección no se ha dejado encasillar en la simple publicación de novelas o cuentos, pues tiene en su haber la paternidad del primer juego de rol cubano, coautoría de Yoss y Michel Encinosa y, además, el año pasado publicó la primera historieta de Fantasía de la colección: Itgul, con guion de Jesús Minsal y dibujos de Jesús Rodríguez.
No podría dejar de anotar que, entre las oportunidades que nos dio Ámbar, se encuentra el renacimiento, o gestación, de un interés creciente de las restantes editoriales del país con respecto a las temáticas del Fantástico. De ejemplo tenemos el Premio Hidra, de la Casa Editoria Abril; la colección Excalibur, de la Editorial Ácana, en Camagüey, que pronto estará al alcance de los lectores; la publicación cada vez mayor de obras de estos géneros literarios en otras editoriales y el acercamiento constante de los editores hacia los autores del género.
Por último, quisiera hacer referencia a la próxima creación de un espacio literario de debate, análisis y crítica, en el que se valorarán con los lectores los títulos de la colección. Ámbar Club será el nombre que cobijará estas actividades, que contará también con la apreciada colaboración de Gente Nueva, sus trabajadores y directivos.
Como ven, Ámbar ha constituido esa pequeña roca que provoca un alud incontenible, un maremoto de agresivos tsunamis que baña el panorama literario nacional. Su faena apenas comienza y ya se ha agenciado el apoyo de los lectores, sus críticas, aceptación y respaldo. En respuesta, la Editorial Gente Nueva y la colección preparan 11 títulos prontos a ver la luz. Alguno de ellos son: Ingenieros y jenízaros, de Yoss; Los arcos del norte, de Elaine Vilar, y Guerra de dragones II: Estigma, del autor de estas líneas. Carente de espacio para más, les hago formal convite a este banquete de creatividad que ha sido, es y será, la colección Ámbar. El desencanto es un concepto ajeno a nuestro catálogo.