Ediel Pérez Noguera (Artemisa, 1981). Premio David de poesía, 2016. Ganador del Premio Casa Seoane en su primera edición, en el género de poesía, así como el Sed de Belleza de ensayo, 2016. Mención en el XVII premio nacional de reseña crítica sobre temas literarios Segur, 2016. Segundo premio en el concurso de reseñas La Liga, 2016. Finalista del premio de poesía de la revista La Gaceta de Cuba en su edición XIV
Yo fui el que envejeció junto a sus padres.
Lejos del juego, sin saber cuál encomienda,
qué mandados me hacían visible.
Hubo señas, un vuelo encima de los cables.
Yo que no anidé el otoño
aprendí a deshojarme en silencio.
Ante el sol extraño dije nieve, dije ansia.
El árbol segado fue mi paisaje.
Corrí entre la ceniza, lejos.
Tuve que admitir el fin de todo.
A ti que me escuchas, te digo:
aunque veas que se derrumban las almenas,
toma esa ruina y sigue,
no creas en las sombras que te gritan,
tropieza,
levántate,
piensa en tus abuelos,
huérfanos arrojados en la isla,
no te importen los que viran el rostro,
la ciudad de espaldas:
la noche sin fin es tu camino.
Sueño entre las manos que me aguantan.
Corro y alcanzo a dar la contraseña.
Otros irán por mí,
hasta donde no alcancen los perros.
Velarán el sol,
el último rayo en la piedra.
Entonces se abrirá el sepulcro: del mármol
brotarán los hombres, y de la noche
el lucero aquel de la pupila.
Como llegar al límite de la isla
y volver
sin nada en las manos,
mirar de nuevo los paisajes roídos,
el rostro gastado de los tuyos.
Al final
aquella sensación de haber sido arrancado de algún sitio
que no podemos saber,
que no podemos regresar;
solo un precipicio desde donde la mente vuela,
pájaro inútil.