No te bañes en perfume: algunos minutos después de la primera aplicación se vuelve imperceptible para nuestro olfato, pero no para los demás. Se recomienda poner en aquellos puntos del cuerpo donde late el pulso: detrás de las orejas, las muñecas, clavículas o detrás de las rodillas. ¡Cuidado con la ropa! Algunas fragancias tienen componentes que pueden mancharla.